
Por Oliva Taleb (*)
Quizás no sea un dato relevante. Pero... vale que registren quienes lean, quien escribe, quien opina. Soy "más 70"... esto significa que pertenezco a esa generación que vivió Woodstock, que se atrevió a las minifaldas, los hotpants, al club del clan, y se emocionó con Mercedes Sosa, los Quilapayún, con Charles Aznavour, los Beatles y tantos otros inolvidables.
Esa generación que creció estudiando la democracia antigua. A tal punto que la histórica asignatura Educación Democrática fue "reemplazada" (en "castellano antiguo"), por otra que disimulaba bien las intenciones que traía, "lavar el cerebro" a aquellos jóvenes de entonces descubriendo Grecia.... ERSA, Estudio de la Realidad Social Argentina, si bien recuerdo se llamaba la asignatura de la educación "moderna", actual. Coherentes los pedagogos de la época, con la política imperante. Esa "realidad social" era, un relato único, solapadamente antidemocrático.
"Para disciplinar", el mejor ejemplo,... los golpes militares. Soy una de las tantas, más 70, que pintaba, Luche y vuelve... ( sin necesidad de nombrar quien volvería al país si luchábamos). Otras, más viscerales, pero no menos románticas, "Volveré y seré millones". Y cuando cuadraba el tapial, cuando no llegaban a tiempo para corrernos, con nuestra mejor letra escribíamos... "yo sé que ustedes, recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria".... Claro, eran frases de esperanza. De compromiso. Tan distantes que las que nuestros padres habían leído sin que nadie se escandalizara, sabiendo que la impunidad los protegía. VIVA EL CÁNCER... Una frase que duele porque nunca nadie la borró. Y yo hoy, con mis 70 y pico, a Dios gracias, sin Alzheimer, con la tristeza presente de mi padre, no he perdido la esperanza que algún revisionista "apolítico" diga, de mínima, que fue desafortunada!!!!
Pertenezco a esa generación, que ha cumplido años, que tiene memoria consciente, que no se hace la distraída, y que siempre respeta la decisión de que entres o no a su vida. Para algunos fuimos y, o, aún somos, la "juventud maravillosa". Para otros, sin dudarlo, uno de los dos demonios. Para los nuestros, familia, amigos, conocidos, buena gente. Comprenderán más fácilmente, que esta mañana de fina llovizna, leyendo las noticias del día, me saltara la térmica. Así de simple. Así de transparente. La térmica salta cuando un cortocircuito te deja a oscuras. A mí me saltó la térmica esta mañana y quizás por eso, me quedó claro. Hay algunos que de madrugada intentan que la noche se vea, se sienta más oscura. Más tenebrosa. Por eso necesitan faros potentes. La compañía de otros. Disciplinados. Está en su esencia.
Pintaron. Un grupo de ¡5! jóvenes pintaron. En una pared, humilde, pintada de blanco. Escribieron una frase que puede ser discutible. La firma un grupo político que remite a nuestros jóvenes años. Está prolijo. A quién agrede?... A quién molesta? Inevitable que me salte la térmica. Quizás para ver la película entera, para comprender tanto despliegue, me surge preguntar si el dueño del tapial llamó para denunciar el "vandalismo"... o si el muro protege un bien del estado que puede ser vilmente agraviado. Una vez más cabe esa pregunta que invita a la reflexión... "era necesario?" Somos humanos y el error es un privilegio de los humanos. Un error que cuando se comete sobre los mismos sectores, deja de ser un error humano, para ser legítimamente sospechado de intencionalidad política. Errores autoritarios, y mucho menos en democracia, ... NUNCA MÁS .
(*) Especial para ANALISIS