Sionista cerrará su gira de tres pleitos seguidos de visitante cuando se mida ante La Unión de Formosa, oponente que llega entusiasmado y con ganas de más. El local viene de ganar sus dos últimos partidos de visitante (Atenas y Ciclista Olímpico) y ahora quiere ratificar su buen momento ante un golpeado rival, consigna El Diario.

El encuentro, programado para las 22, significará una nueva oportunidad para Sionista. Aquella aspiración que tenía el grupo apenas se subió al micro aún puede concretarse. El elenco dirigido por Sebastián Svetliza sabe que si pierde quedará por demás retrasado en las posiciones, pero si gana será una caricia a la confianza y al entusiasmo. Depende de si mismo, aunque está claro que deberá mejorar su producción.

Viene de dos derrotas y dos presentaciones de escaso nivel. Con o sin lesionados la acción no se detiene. Por ende, jugar bien para ganar es una obligación. Hasta aquí, la gira de Sionista ha sido negativa en todo sentido. No solamente porque perdió los dos partidos, sino que el equipo mostró poco nivel y escaso juego en conjunto. Encima, los números demuestran que la eficacia ha sido muy pobre.

Atacar o defender se transformó en un problema a resolver. En Corrientes, en los dos partidos que jugó, recibió 80 puntos de promedio y anotó 65. Recibió mucho en su canasta y a su vez convirtió poco. Ganar en cancha ajena con estos registros es muy difícil. Ante ello, la propuesta será mejorar la defensa para que le anoten menos y a su vez mejorar en ataque para elevar la calidad de juego.

Sionista en ofensiva se muestra desconfigurado. Es poco claro y por ende ejecuta mal. Y como le cuesta encontrar espacio y tiempo para lanzar sus porcentajes son muy bajos. Si suma los partidos ante San Martín y Regatas queda en claro que el Centro Juventud tiró mal de larga distancia.

En dobles convirtió 35 de 82 lanzamientos, un 42 por ciento (15 de 34 ante San Martín y 20 de 48 ante Regatas). Y en triples fue tan solo 7 de 37, un pobre 18 por ciento (4/17 ante San Martín y 3/15 ante Regatas).

La Unión viene de temporadas frustrantes, de hecho en las últimas dos terminó en el fondo de las posiciones. En una de ella salvó la divisional a último momento. Ante ello, y con la idea de cambiar el panorama, la dirigencia hizo una inversión interesante en busca de elevar la calidad de la plantilla. Entre otros contrató al paraguayo Javier Martínez y a Fernando Martina, quienes vienen de jugar la final de la última temporada. También al base Matías Ibarra, campeón con Peñarol de Mar del Plata.

Hasta aquí mostró mucha irregularidad en su andar. Arrancó flojo y ahora parece haberse acomodado. Llega al pleito con los paranaenses más que entusiasmado, en especial después de ganar sus últimos dos partidos de visitante. Venció a Atenas en Córdoba (90 a 87) y a Ciclista Olímpico en La Banda (91 a 82). Anteriormente había superado a San Martín por 66 a 53. Esos son los tres partidos que ganó. Después, perdió cuatro encuentros. Lo hizo en los dos que jugó con Libertad de Sunchales (72-71 y 92-74) y los dos con Quimsa (83-74 y 90-65).

Además de Martínez, Martina e Ibarra también cuenta con Pablo Barrios y Facundo Piñero, entre los más destacados. Fernando Martina es la ficha nacional más determinante. Anota 13.2 por partido. También cuenta con una dupla foránea interesante, Antwain Lamont (12.4 por noche) y Reed Drake (12.3).