Durante más de una hora, el presidente de la Junta Arquidiocesana de Laicos, Carlos Nesa, y el presidente de la Red de Participación Popular, Federico Soñez, mantuvieron una reunión en el edificio del Arzobispado de Paraná, para analizar la ley provincial de salud sexual y reproductiva, que sufrió modificaciones en el Senado provincial y que debe ser tratada por Diputados. Al respecto, Soñez aseguró que se coincidió en que la “perspectiva biológica” que se introdujo a la norma para la educación sexual “es un reduccionismo inadmisible, ya que elude la dimensión cultural, moral y espiritual” y e que “las relaciones entre varón y mujer no pueden fundarse en la opresión o la desigualdad, sino en el compañerismo, el amor y el respeto a la dignidad de cada uno”. Asimismo, consideró que a partir de este encuentro, “están dadas las condiciones para el diálogo” y “sólo depende de nosotros llevarlo adelante y hacerlo fructificar”.
Mediante un comunicado enviado a ANALISIS DIGITAL Soñez, quien es director del Instituto Antonio Gramsci y autor de la ley nacional de salud sexual y reproductiva afirmó que se coincidió “plenamente en promover un diálogo respetuoso y sincero sobre la ley provincial de salud sexual y sobre la educación sexual”.
En ese sentido, opinó que “un diálogo supone la apertura mutua a los argumentos del otro y la disposición a cambiar la postura propia frente a las mejores razones esgrimidas. Es una apuesta al respeto, la tolerancia y la defensa de la pluralidad democrática”.
Además, aseguró que “el diálogo no exige a nadie abandonar su fe religiosa o sus creencias profundas, sino que busca compatibilizar de la mejor manera las distintas posiciones en nuestra común cultura democrática” y entendió como “muy auspicioso” que se haya “coincidido en la necesidad de promover este diálogo tanto en la Cámara de Diputados como en otros ámbitos, rechazando a la vez las posiciones fanatizadas y fundamentalistas de cualquiera de las partes”.
“El presupuesto común para el caso es que reconocimos que la actual ley puede y debe ser mejorada avanzando en la precisión y evitando la confusión y a la vez que las modificaciones propuestas por el Senado no pueden constituir el nuevo texto”, apuntó.
También comentó que se coincidió en que la “perspectiva biológica” que el Senado introdujo a la norma en relación a la educación sexual “es un reduccionismo inadmisible, ya que elude la dimensión cultural, moral y espiritual”, así como también en que “las relaciones entre varón y mujer no pueden fundarse en la opresión o la desigualdad, sino en el compañerismo, el amor y el respeto a la dignidad de cada uno”.
“Las condiciones para el diálogo están dadas y sólo de nosotros depende llevarlo adelante y hacerlo fructificar”, concluyó Soñez.