El acto fue aún más significativo porque la entrega la realizaron dos de sus hijos, Estefanía y Elnes; quien después de esto se enfocó en lo suyo y terminó siendo una de las figuras del partido que el Sureño ganó en suplementario. El ex jugador de Rocamora a mediados de los ’80 recibió el aplauso cerrado todo un estadio. De gente del Rojo y de Parque Sur.

Bolling quedó para siempre ligado al corazón del Rojo por aquellas actuaciones dentro de un equipo que supo pelear por el ascenso a La Liga Nacional que daba sus primeros pasos. Con el Tucumano Mario González y Guillermo Edgardo Vecchio como técnicos. Años después se consagró campeón de esta competencia jugando para GEPU de San Luis en la temporada ‘92/’93.

Vistió la camiseta de numerosos equipos en la Argentina, de diferentes categorías y jugó hasta cerca de los 40 años. Después se radicó en San Luis y se dedicó a manejar una Escuelita de Básquet para seguir en su salsa. Hace un par de años fue noticia de relevancia nacional cuando su hija Joana le donó un riñón para que pueda sobrellevar una enfermedad.

Con los ojos vidriosos, abrazado por su hija y lleno de agradecimiento se retiró por algunos minutos de la cancha. Luego se ubicó en la zona de plateas para observar el juego. Allí lo vivió como pudo porque dentro de la cancha estaba jugando su hijo, frente al equipo al que llegó alguna vez desde su Islas Vírgenes natal.