El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) trabaja en la actualización de los principales indicadores del país. El titular del organismo, Marco Lavagna, confirmó que se está diseñando un nuevo índice para medir la inflación y, a su vez, se proyectan modificaciones en la metodología para calcular la pobreza, una de las estadísticas más sensibles de la Argentina.
“Las estadísticas están permanentemente en cambio, algunos hacen más ruido, como la inflación o la pobreza, que todavía no está”, señaló Lavagna en una entrevista televisiva con LN+. Sobre este último punto, explicó que no se trata de una implementación inmediata: “No pensemos que la pobreza va a estar ahora, va a haber cambios, son tiempos más largos”.
El funcionario también defendió el carácter progresivo de las modificaciones en marcha. Consideró que deben incorporarse nuevas realidades sociales y económicas de manera “lenta y muy cuidadosa” para evitar generar desconfianza en la población y los usuarios de los datos públicos.
Pobreza: nuevas realidades, nuevos métodos
Actualmente, la medición de la pobreza en Argentina se realiza a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), una herramienta implementada desde hace más de tres décadas. Allí se releva el ingreso de las personas y los hogares, y se los compara con el valor de una canasta básica –alimentaria y no alimentaria- para determinar si se encuentran en situación de pobreza.
El INDEC publica los resultados de pobreza e indigencia de forma semestral, aunque también comparte los “microdatos” de la EPH de forma trimestral. Según el último informe difundido en marzo, la pobreza alcanzó al 38,1% de la población en el segundo semestre de 2024, lo que representa unos 18 millones de personas en todo el país. Este número mostró una baja respecto al 41,7% del mismo período del año anterior.
Lavagna reconoció que se busca actualizar este indicador incorporando cambios metodológicos que permitan captar mejor la heterogeneidad de las condiciones de vida en las distintas regiones del país. Uno de los ejes centrales será mejorar el carácter provincial de las canastas manteniendo el enfoque regional, pero con mayor especificidad local.
Nuevas ponderaciones en el IPC
En relación con la inflación -que en marzo marcó un 3,7%- Lavagna adelantó que también se encuentra en revisión la forma en que se construye el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Aunque aclaró que aún no hay una fecha concreta de difusión del nuevo índice, anticipó que se están incorporando “muchas mejoras”, aunque “no necesariamente el usuario va a terminar viendo en el número final”.
Entre los principales cambios, detalló una nueva composición de la canasta que reflejará con mayor precisión los hábitos de consumo actuales. “Baja un poco alimentos y sube un poco servicios: salud, vivienda, tarifas, servicios, internet, streaming, recreación, comer afuera”, enumeró el director del INDEC. Los servicios, que hasta ahora tenían menos peso, ganarán protagonismo frente a los bienes.
De esta manera, los bienes pasarán de tener un peso del 47/46% al 45/44%, mientras que los alimentos y bebidas bajarán del 25% al 22/21%. Lavagna también admitió que hubo “demoras” en la implementación de estas actualizaciones, que se realizan cada cinco o diez años.
Personal y estructura del INDEC en tiempos de ajuste
Lavagna también recordó que la última gran revisión del IPC se realizó en 2016, cuando no existían estadísticas confiables. “Se crea el índice, se agarra la encuesta de gastos y se la lleva a 2016, con base de 2004, y esta va a tener base en la canasta de consumos de 2018 o 2019”, explicó. En ese sentido, afirmó que esta nueva versión será más representativa de los consumos actuales.
Sobre el trabajo territorial del organismo, mencionó que “el personal que recolecta datos para medir la inflación es de aproximadamente 200 personas”, repartidas entre personal del INDEC y trabajadores de las direcciones provinciales de estadística. Las canastas regionales se mantendrán, aunque con un enfoque “más provincial”.
Por último, Lavagna se refirió al impacto de la reestructuración del Estado en el organismo. “Hay 1.220 empleados, cuando llegué había 1.500 personas. Atravesamos el proceso del censo y cuando asume presidente Milei ya estábamos con situación muy ordenada, no tuvimos particularmente un recorte, sí, se fue yendo gente, y no hemos renovado tanto, pero no hemos tenido que despedir agente”, concluyó.