Con estas ocho donaciones multiorgánicas y otras cuatro de sólo tejidos, ya son 12 las familias entrerrianas que han dicho SÍ a la Donación durante este año.
La octava donación multiorgánica del año tuvo lugar en las últimas horas del jueves pasado en el hospital San Martín de Paraná. Serán dos los pacientes de las listas únicas de espera del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) que se benefician con trasplante renal.
Entre la noche del jueves y la madrugada del viernes se registró en el hospital San Martín de Paraná una nueva donación de órganos y tejidos para trasplante. Se trata de la octava multiorgánica de este año y se suma a otras cuatro de sólo tejidos.
El operativo fue coordinado por los profesionales de la Unidad Coordinadora del Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Entre Ríos (Cucaier) en Paraná, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia. A partir de este gesto solidario, serán dos los pacientes de las listas únicas de espera renal del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) que se verán beneficiados.
Cabe mencionar que el protocolo que impone la pandemia exige no sólo un resultado negativo del donante para el test de Covid-19, que en este caso realizó el Laboratorio de Epidemiología de Entre Ríos, sino también de los pacientes que van a recibir los trasplantes.
Con estas ocho donaciones multiorgánicas y otras cuatro de sólo tejidos, ya son 12 las familias entrerrianas que han dicho SÍ a la Donación durante este año. En nombre de las personas trasplantadas y sus familias, se extiende el agradecimiento de las autoridades de Salud tanto a la familia donante como al personal del hospital San Martín.
Trasplantes renales
Los pacientes que esperan un trasplante renal son los más numerosos en las listas de espera del Incucai.
La pérdida de la función de los riñones se encuentra asociada a otras patologías, como la diabetes y la hipertensión. El tratamiento de sustitución de la función renal es la hemodiálisis, que ayuda a los pacientes a tener una aceptable calidad de vida debiendo, habitualmente, realizar sesiones tres veces por semana conectados a una máquina que efectúa la función que su organismo ya no tiene.
El trasplante renal devuelve a estas personas una calidad de vida superior, ya que dejan de depender de la hemodiálisis y recuperan una autonomía que les permite hacer una actividad normal. Si bien el riñón es un órgano que es posible donar en vida entre personas con un lazo familiar, la mayoría de los trasplantados renales han recibido esta posibilidad gracias al gesto altruista de familias que pierden un ser querido.