
Héctor Toloy, recordó las causas más sensibles que impulsó como juez de Instrucción N° 6 de Paraná.
El ex juez de Instrucción N° 6 de Paraná, Héctor Toloy, se retiró de su función en abril de 2006. La producción del programa de televisión Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral), dialogó con él para recordar sus causas más resonantes; especialmente las vinculadas con las Cajas de Alimentos que se pagaron. pero no se distribuyeron, la desaparición aún impune de los jóvenes Martín Basualdo y Héctor Gómez registrada el 16 de junio de 1994; las dos causas contra el entonces gobernador Sergio Montiel y el sensible caso de Fernanda Aguirre.
En ese marco, Toloy recordó su intervención en la causa por las Cajas de Alimentos, donde comprobó que el Estado las había pagado, pero nunca fueron entregadas a sus beneficiarios, que además eran familias en situación de extrema vulneración de derechos.
“Recuerdo que me llegó la causa, efectivamente. Leí íntegramente todo lo que me llegó y me parecía posible y prudente pedir un cuerpo de escritura a Airala y a Cabral que fueron los imputados en esa causa”, introdujo y aclaró que Airala era en ese un empleado que dependía de la vicegobernación ejercida por Domingo Daniel Rossi.
“Pedí un cuerpo de escritura para cotejar, digamos no fue una licitación púbica sino un concurso de precios, donde estaban Cabral de Santa Fe y dos o tres supermercados de Paraná y si bien tenían diferentes direcciones; me parecía raro”, recordó el ex juez.
Y por medio de ese cuerpo de escritura sometido a pericias caligráficas, “se acreditó fehacientemente que las firmas oferentes eran todas de él” y concluyó que ese fue uno de los motivos por los cuales decidió procesar, que no hubo apelación y el procesamiento quedó confirmado.
“Fue el expediente a la Sala y en pleno debate, después de la segunda o tercera audiencia, el fiscal que estaba en Cámara, creo que era Jorge Beades, le pareció que estaba muy floja la investigación en cuanto a si efectivamente habían entregado o no las cajas de alimentos”, reconoció.
El Tribunal de Cuentas había comprobado todas esas maniobras. “Me acuerdo que cité a prestar declaración bajo juramento a todos los senadores, a todos los diputados e incluso estaba ya de vocal en el Superior Tribunal de Justicia (Miguel Augusto) Carlín, quien fue a declarar para dar cuenta que él –en su rol de senador- entregó las cajas de alimentos, que era una especie de Cajas PAN (Plan Alimentario Nacional implementado en la presidencia de Raúl Alfonsín)”, recordó el ex juez Toloy en una entrevista en el programa de televisión Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral).
Y agregó: “Probamos también con diversas pericias que el precio estaba un poco alto”.
-Quedó claro que las Cajas de Alimentos se pagaron, pero las mismas no existieron. Y lo que referían los legisladores eran a otras operaciones anteriores. ¿Tuvo presiones usted?
-No, en absoluto. Te juro que no. O sea, realmente nunca jamás sufrí presiones de ningún tipo por parte de nadie y me refiero específicamente a Jorge Busti, quien me pidió que fuera juez de Instrucción. Y tuve el acuerdo del Senado. En esa época entrábamos (al Poder Judicial) por la ventana si se quiere (al no existir el Consejo de la Magistratura como en la actualidad).
Desaparición de Martín Basualdo y Héctor Gómez
-A los pocos años usted tiene el caso de los jóvenes Martín Basualdo y Héctor Gómez que habían desaparecido el 16 de junio de 1994: ambos vistos por última vez por la zona de la vieja sede del Iosper de Paraná cuando integrantes de la Policía de Entre Ríos los secuestraron y nunca más se conoció su paradero. Y es un caso que sigue sin resolverse. ¿Tanto influyó la corporación policial para evitar esclarecer este caso?
-Se corrieron esa clase de versiones (por la actitud corporativa), pero jamás las pude acreditar en el expediente. La verdad que participó también Gendarmería (Nacional) a mi pedido. Hicimos todo lo que pudimos hacer. Incluso tuve una serie de envíos de Carta Documento con (el abogado, José) Iparraguirre, quien era representante de la familia y fue, para mí, felizmente querellante; porque yo adoraba cuando tenía un querellante porque lo veía participar; todas las pruebas que él pidió se produjeron; lo mismo que todas las pruebas pedidas por la Fiscalía también se produjeron. Y a pesar de todo, no se logró esclarecer el hecho.
-Pero, con el paso del tiempo tampoco nadie vino a decirle “esto fue así”.
-No. Nunca. Lo que sí me acuerdo es que el padre de Pérez era policía. Y le decían de sobrenombre “Negativo” Pérez. Él estuvo conmigo en mi despacho y me dijo que me quedara tranquilo porque su hijo se había “tomado el palo”. Y había un informe del Escuadrón, que no recuerdo si era el primero o el segundo, que estaba en Puerto Iguazú y que alguien con el DNI pasó por la Aduana. Pero, pudo haber sido alguien parecido a él o “truchado” el documento o miles de causa. Pero, el Escuadrón confirmó el paso de él por la Aduana.
Causas contra Sergio Montiel
-También llevó causas vinculadas al ex gobernador Sergio Montiel.
-Sí, tuce dos causas contra el gobernador Montiel, por denuncias que se radicaron cuando estaba de turno. Y en ambas lo procesé. Recuerdo que una de esas causas era porque no había publicado la Ley, en el Boletín Oficial, por la cual se rescindía el contrato con el banco provincial Banco de Entre Ríos Sociedad Anónima. Recuerdo que declaró (el doctor Fermín) Garay, quien en ese entonces fue ministro (de Gobierno en el último mandato de Montiel). Y declaró que le había aconsejado al gobernador publicar y terminar esta cuestión; y, bueno, él decidió no hacerlo. Se pasó ese expediente al fiscal (de Estado) que en ese entonces era (Sergio) Avero. Y el expediente quedó ahí, en Fiscalía.
-Le resultaba más fácil investigar a Montiel, especialmente en su segundo gobierno.
-No, no. Incluso la segunda oportunidad que tuve con él fue a raíz de unos decretos ante datados, donde él designaba personal y para que no se revoque su decisión le asignaba más de un año de antigüedad. Me acuerdo que al actual subjefe de Policía (comisario general, José Alejandro) Lauman, lo faculté para hacer un allanamiento en la Oficina de Decretos, estando todavía Montiel y, por supuesto, el ministro.
El caso de Fernanda Aguirre
-Cuando le llegó el caso de Fernanda Aguirre, se puede entender que fue la causa que más trabajo le demandó como juez.
-Recuerdo que eso fue un domingo.
-Sí, fue el domingo 25 de julio de 2004.
-El caso me llega un domingo. Recuerdo que era una noche horrible. Y a mí me avisa la Comisaría de San Benito, alrededor de las 11 y algo de la noche, que había ido María Inés Cabrol (la mamá de Fernanda) a hacer la denuncia, porque ella pensó porque ella pensó que esto sucedió como a las cinco y media de la tarde. Recuerdo que me fui de inmediato a la Comisaría de San Benito y estaba como jefe de Policía (Ernesto) Geuna. Pedimos los perros (rastreadores), pedimos ropa de ella. Los perros perdían el rastro.
-Fue una investigación que se dividió en dos partes: con usted una y luego con la Justicia Federal y después vuelve a su Juzgado.
-Claro. Y según la versión que dio el sobrino (Jonathan Nazareno Luis Casalino) de (Miguel Ángel) Lencina; estuvo presente, estuvo con él cuando la secuestran. La versión que dio él era que Fernanda, llorando le pedía que no le haga daño; que la mamá tenía 2.000 pesos (año 2004), que se los pida. Y ahí, Miguel Ángel Lencina habla con su mujer, no sé si amenazándole –según la versión de ella- a que hable por teléfono y la mujer habló desde calle Almafuerte, desde un negocio cercano al Puente de Hierro donde se entregó esa plata que María Inés mandó a su marido que pagó como recompensa y estimó que se la iban a devolver. Lamentablemente le dio muchas horas de posibilidades.
-Con la distancia que da el tiempo, usted no tiene duda que Lencina la mató ese mismo día.
-Yo creo que sí, porque él repitió la historia. Antes, existía el “bautismo sexual”, donde un primo, un tío, un cuñado, te llevaba al debut sexual. El debut sexual de Miguel Ángel Lencina fue con Apolinario Torres, un hermano de Esther Torres, su madre. Juntos secuestraron a una chica de 12 años, cuyo apellido no recuerdo, pero la causa la tenía Raúl Herzovich -un colega de Instrucción-. Y recuerdo que ellos la tuvieron, la violaron, comían asado, tomaban y cuando se cansaron, la tiraron con vida a un aljibe.