En declaraciones al programa A quien corresponda (Radio de la Plaza), el sacerdote dijo que “este fue un documento que se hizo a principios de noviembre, pero que se dio a conocer ayer. Anteriormente se había hecho uno parecido en el año 2013, pero en este se hace referencia a las drogas, a las adicciones, al consumo y al narcotráfico. En las reuniones que mantienen los obispos empezaron a notar cuestiones que estaba sucediendo, sobre todo en las provincias de fronteras, donde hay mucho narcotráfico. Este documento fue trabajado durante un año y tuvo la aprobación final en noviembre, pero se esperó un tiempo para darlo a conocer luego de que pasara todo el tema de las elecciones”.

En ese sentido, añadió: “Este es un proceso de transición, pero esperamos que el próximo gobierno no se desentienda de este problema que es necesario afrontar, porque el narcotráfico se combate desde todos los poderes y también desde la sociedad en general, es un esfuerzo mancomunado”.

Sobre la gestión que hizo el padre Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), opinó: “No se hizo un balance específico, pero se evalúa el proceso que se va dando en la relación institucional y con los otros organismos del Estado. En el documento anterior se había reclamado algunas cuestiones que se fueron logrando, como son los hogares de contención y las casas de rehabilitación. Ahora vemos con expectativa qué será lo que decidan las nuevas autoridades sobre esto y esperamos que tengan un punto de vista integral”.

Sobre las políticas que pueda instrumentar la futura ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, indicó: “Todavía no hay definiciones concretas de cómo se va a implementar algunas medidas. Algunos dicen que se va a crear un organismo específico, pero hasta que no se establezca cuál va a ser la política concreta no se puede comentar ni opinar nada. Lo que sí sabemos es que no alcanza con la lucha contra el narcotráfico, sino que hay que hacer una política integral en materia preventiva. A veces nosotros desde la Iglesia intentamos establecer ámbitos de recuperación, pero el avance de este flagelo es tan grande que siempre estamos un paso atrás, por eso es necesaria una política que integre la lucha y la prevención”.