
El análisis después del acalorado cierre de las listas.
Carlos Pagni
Entramos en un ciclo recargado de política. Seguirá siendo así hasta fines de octubre, cuando se realicen las elecciones para cubrir las bancas del Congreso Nacional. Nos encontramos bajo circunstancias peculiares. Por ejemplo, que un episodio como el armado de listas para la Legislatura bonaerense llame la atención del periodismo, cuando en otro momento hubiese sido extremadamente anodino. Algo similar ocurrió en mayo en la ciudad de Buenos Aires.
Son dos votaciones que se adelantaron. Son lugares opacos, que los periodistas no registran demasiado. Es muy difícil recordar inclusive quiénes son las autoridades. En el caso de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, ganó notoriedad por un caso patético como lo fue la aparición de Julio “Chocolate” Rigau, quien operaba con tarjetas de débito en los cajeros automáticos de la Avenida 7 de La Plata para recaudar retornos de empleados. Sin embargo, está bien que llame la atención. Habría que justificar por qué el armado de listas, que fue motivo de tensión interna en todas las fuerzas políticas y que en otras circunstancias es algo marginal, mantiene en la actualidad un espacio central.
Es un fenómeno relevante por dos razones. Primero, cuando uno mira la negociación y objetivos que trazaron los políticos que están dentro de aquella operación, aparece un tema muy importante: si La Libertad Avanza, novedad desde el triunfo de Javier Milei, tiene capacidad absorber al Pro y convertirse en el sujeto hegemónico de todo lo que en la política va del centro a la derecha. Es una de las cuestiones que está sobre la mesa, cifrada detrás de aquel armado de listas. En el fondo, nos estamos preguntando cuál va a ser la anatomía, fuerza y gravitación del nuevo oficialismo en el Congreso para los dos años que vienen, teniéndose en cuenta reformas que necesitan aprobar. Esta es una de las incógnitas a despejar.
No es el único interrogante. Existe una segunda incógnita, que apunta al nivel de conflicto que hay dentro del peronismo, y más que nada en el kirchnerismo. Apareció una disputa sucesoria en la Provincia: Axel Kicillof decide enfrentar a Cristina Kirchner. Una rivalidad sorprendente e inesperada. Daría la impresión de que ambos siguen pensando lo mismo, pero quieren cosas distintas. El armado de listas orbita alrededor de esta lucha. El dato con el que se cuenta, desde este fin de semana, es que han logrado postergar ese duelo. Ello no quiere decir que no haya fisuras por debajo de la superficie.
Hay una tercera fuerza: Somos Buenos Aires. Allí convergen algunos radicales, peronistas que no están alineados con el kirchnerismo y que en algún momento fueron un engranaje para el macrismo -tales como Emilio Monzó, Joaquín de la Torre– y Florencio Randazzo. Este entramado, aunque nos falte ver los resultados que obtenga en la elección, nos permite preguntarnos si hay alguna alternativa a los dos polos: el kirchnerismo o los libertarios. Milei limitó el debate a “libertad o kirchnerismo”. Sin embargo, aparentemente, hay un conjunto de dirigentes que suponen que podría haber lugar para una tercera expresión de gente que no es kirchnerista pero también fue desencantada por Milei. La gran pregunta hoy por hoy es a quién le saca votos la tercera fuerza, si al Gobierno o a la oposición. Tiene ese rol en el juego, el de perjudicar a los dos grandes contendientes.
Durante el fin de semana hubo una enorme riña entre operadores de La Libertad Avanza y operadores del peronismo para colonizar esta alternativa. A Sergio Massa le fue mal en la primera sección electoral. Quien encabeza la lista de Somos Buenos Aires es nada menos que Julio Zamora, intendente de Tigre, que viene de ganarle alevosamente las elecciones a Malena Galmarini en 2023. Es un candidato que le quita al peronismo y a Massa. El exministro de Economía tomó venganza, haciendo todo lo posible para que en la tercera sección electoral -que es el corazón del peronismo y está integrada por La Matanza, Lomas de Zamora, Avellaneda, Quilmes, Florencio Varela, Berazategui, Berisso, Ensenada y Almirante Brown- esta tercera fuerza llevara un candidato radical y gris: Pablo Domenichini. Un subordinado a un dirigente de la Capital, muy gravitante, que es Emiliano Yacobitti. Estamos ante una pelea en un campo de batalla, que es el tercer partido.
Hay un proceso de metamorfosis en el no-peronismo. Surge con la emergencia del liderazgo de Milei. Los representantes del Gobierno buscaban la incorporación del Pro a la LLA. En términos nominales y de marketing, lo lograron. Las listas que representan al oficialismo en las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires se llaman “Frente La Libertad Avanza”. El Pro no figura. Es una gran concesión que realizaron los dos negociadores del Pro al Gobierno, Cristian “Pucho” Ritondo y Diego Santilli.
Milei había expresado un deseo: “Quiero a todo el Pro adentro”. No lo lograron. Allí, por parte de La Libertad Avanza, la figura central es Karina Milei. Es ella quien tiene la delegación de manejar el armado de la política. Se sostiene en el territorio bonaerense en Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, en Eduardo “Lule” Menem, pariente de Martín Menem y figura muy relevante al lado de Karina, y en Sebastián Pareja, gerente de LLA en la Provincia. ¿Por qué no fue posible absorber a todo el Pro? En la cuarta sección electoral, el intendente de Junín, Pablo Petreca, decidió irse con Somos Buenos Aires. En la segunda sección electoral, los hermanos Passaglia armaron su propia fuerza “Hechos” y se llevó al intendente de Pergamino, Javier Martinez, que pertenece al Pro y está ligado a Daniel Angelici, binguero del lugar. Ambos tienen chance de ganar un electorado que podría ganar La Libertad Avanza. Falló algo. Se les escapó una dirigencia valiosa.
Hay que preguntar, y no existe hasta ahora una respuesta, si detrás de esto se encuentra la mano de los Macri. ¿Son fugas deliberadas para mantener una zona de autonomía del Pro frente al Gobierno? Es una aspiración que se verificó en que nueve diputados del Pro se hayan abstenido en la sanción de una ley tan importante para el Gobierno como la actualización de los haberes jubilatorios, que pone en jaque el eslabón fiscal. Todavía hay incógnitas respecto de cómo va a quedar el diseño de la derecha en la Argentina y, sobre todo, cómo quedará la relación Milei-Macri.
Hay otro dato relevante para analizar este escenario: ¿qué pasó en Vicente López? Allí hubo acuerdo. Soledad Martínez, que es el otro yo de Jorge Macri, arregló con La Libertad Avanza. Les dio tres concejalías, menos de lo que pretendían, y se quedó ella con un cargo en la lista de la tercera sección electoral para una diputada de las que no votó en favor del Gobierno en el tema jubilatorio: María Sotolano. Es una legisladora de Jorge Macri en la lista de LLA cuando Jorge Macri parece ser la bestia negra para el Gobierno. Habrá que ver ahora cómo vota Sotolano cuando haya que tratar el veto y la resistencia general a leyes que afectan al gasto público.
La aparición de Sotolano es un síntoma: hubo una carencia por parte del Gobierno. Fueron a una negociación sin gente. Sin cubrir los cargos de las boletas. Les faltaban mujeres. Y los pícaros, como Jorge Macri, se las pusieron. Lo básico en una negociación electoral, cuando están en discusión las listas, es que cada sector cuente con los candidatos a defender. Lo que pasó el fin de semana con La Libertad Avanza fue una señal de cierto amateurismo político. Se trata de gente que llegó al poder por su desconocimiento, que fue visto como un mérito en un momento donde la política parece ser mala palabra. La crisis política que llevó a Milei y a su grupo al poder ahora empieza a jugarle en contra tanto en estos detalles como en la relación de gobernadores y los Macri. Este es el contexto en el cual figuras como la de Guillermo Francos, que entiende de ese oficio, se revalorizan.
En la primera sección electoral, el candidato tiene vínculo con Patricia Bullrich. Se trata del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. ¿Asumirá como legislador o le darán algún cargo en el gobierno nacional? Si Patricia Bullrich va como candidata a senadora en la ciudad de Buenos Aires, probablemente Valenzuela tenga la fantasía de reemplazarla como ministro de Seguridad de la Nación, siempre mirando hacia la Provincia, donde en 2027 pretende ser candidato a gobernador.
La seguridad se transformó en una problemática trascendental. Cristina Kirchner le decía a Kicillof que no adelante las elecciones porque le plantearían una agenda indefendible, que es la de la seguridad. Es lo que sucedió. Antes no ocurría porque el problema quedaba disimulado porque la elección iba solapada con la nacional y, por lo tanto, sólo se hablaba de economía. En la tercera sección, La Libertad Avanza lleva a un excomisario llamado Maximiliano Bondarenko. Su figura será importante ya que es quien tiene que ir a enfrentar al kirchnerismo en su corazón. Viene del gobierno de Mauricio Macri, militó en el Pro y trabajaba en el Ministerio del Interior con Rogelio Frigerio. En ese terreno se conoció con Pareja, que también trabajaba con Frigerio. Ahora se lo llevó como candidato a presidir esta lista.
En la quinta sección electoral, que representa al sudeste de la provincia de Buenos Aires con centro en Mar del Plata, la lista de LLA está encabezada por un hombre del Pro que pactó con el partido violeta: el exjuez federal Guillermo Montenegro. Si nos detenemos en la candidatura de Montenegro, es posible ver un proceso que se puede dar o no, pero que está en curso. Montenegro quiere ser ministro de Justicia. Puede que haya en el Gobierno quienes piensen que eso es positivo. Se iría Mariano Cúneo Libarona. ¿Cuál es el problema? Ese ministerio está bajo el control de Sebastián Amerio, secretario de Justicia, muy cercano a Santiago Caputo. ¿Qué posibilidad se abriría para que Montenegro pueda llegar a Justicia y no le manejen el ministerio desde abajo? Que Amerio sea Procurador General de la Nación, jefe de los fiscales, una de las posiciones más importantes que tiene el sistema institucional. Para que Amerio obtenga ese puesto tiene que haber un acuerdo entre el Gobierno y Cristina Kirchner. Si no, no se juntan en el Senado los dos tercios que se requieren para designarlo. De existir tal acuerdo, en esa negociación también se nombrarían los dos jueces de la Corte Suprema que están vacantes. Volveríamos a mirar a la Corte.
Esto es importante porque hay una negociación desde hace un par de meses entre Amerio y el experto en Justicia más cercano a la expresidenta Cristina Kirchner, que es Juan Martín Mena. Es el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Ese acuerdo para cubrir la Corte y la Procuración ha avanzado bastante y hoy está detenido porque el Presidente y su hermana, razonablemente, piensan: No podemos ir a un acuerdo con el kirchnerismo en plena campaña electoral. Posterguemos toda la conversación para después de las elecciones. Y la pregunta que surge ahí es: ¿Después de las elecciones Cristina va a conservar el poder que ostenta hoy en el Senado? Esta es la incógnita que queda pendiente. Pero es importante porque, como ven, la figura de Montenegro nos permite recorrer todo un sendero hipotético, que es un curso de acción inesperado: un acuerdo con Cristina Kirchner, que es el acuerdo que tendrían que haber celebrado si querían poner a Lijo o a García Mansilla en la Corte, porque es obvio que Cristina Kirchner controla la primera minoría del Senado, sin la cual es imposible pactar dos tercios.
Fuerza Patria, que es el nuevo nombre del kirchnerismo, logró un acuerdo en la tercera sección electoral, que es tan importante. Verónica Magario, vicegobernadora de la provincia, va a encabezar la lista. Ella, de La Matanza, distrito muy gravitante, es de Kicillof, pero se lleva muy bien con Cristina. Acá se abre una polémica. Todo indica que va a ser una candidata testimonial, es decir, que va a entrar como legisladora, pero después renunciaría para seguir siendo vicegobernadora y presidenta del Senado provincial. Cristina Kirchner estuvo todo el fin de semana al teléfono, hablando con Kicillof, diciéndole que se está equivocando si permite eso, porque porque la oposición le va a hacer campaña en contra con que la lista va con una candidata testimonial. Kicillof parece insistir. Es curioso que una candidatura testimonial, que siempre tiene algo de fraudulento, la proponga quien pretende renovar al partido y no Cristina, que ya adhirió a candidaturas testimoniales en 2009 cuando perdieron frente a De Narváez en la provincia de Buenos Aires. Ahora sea Cristina la que está en contra y Kicillof a favor.
Ahí, como segundo de la lista, hay alguien del corazón de Máximo Kirchner, de La Cámpora. La agrupación logró postular a los 15 legisladores bonaerenses que renuevan. Eso lo ven como un éxito. El dirigente cercano a Máximo es Facundo Tignanelli, que lleva dos períodos en la Legislatura, por lo que no podría postularse. Pero él alega que en el primer período solo estuvo dos años, por lo tanto, no estaría vetado por la ley que impide que un legislador bonaerense sea electo dos veces. Por las dudas, Tignanelli fue a un juez, a un juez de familia. Encontró un juez amigo, se ve. Pablo Ferro, juez de familia de Quilmes, le dio una cautelar para ir a la Junta Electoral en La Plata y decir: “Estoy en la Legislatura como electo durante dos períodos, pero solo cubrí un período y medio, y por eso la ley me ampara”.
En esa lista entró Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes que también pertenece a La Cámpora. Entró, dicen, con una vela, porque estaba a oscuras todo el proceso porque se apagó la luz en La Plata. Se apagó milagrosamente para el peronismo.
En la primera sección, aparece Gabriel Katopodis, un funcionario de Kicillof, prestigioso, en su momento ligado a Alberto Fernández, distante de La Cámpora, distante del kirchnerismo más ortodoxo, que también sería testimonial. De nuevo, una discusión entre Cristina y Kicillof sobre la conveniencia de que haya este tipo de candidatos.
Y después la gran novedad: volvieron los Massa, que nunca se habían ido. Volvieron a la luz pública. La segunda de la lista del kirchnerismo en la primera sección electoral es Malena Galmarini, nada menos que para enfrentar a su gran verdugo, que es, como dijimos, Julio Zamora, el intendente de Tigre.
En la quinta sección electoral hay una curiosidad: se presentan los candidatos de La Cámpora y un dirigente, Gustavo Pulti, que viene del viejo desarrollismo, un dirigente local de Mar del Plata muy ligado a Kicillof. Como el gobernador no lo llevó como candidato a senador en su lista, armó su propia lista. Y esa lista disidente, con el kirchnerismo separado en dos listas, tiene esta peculiaridad: en una lista figura Raúl Humberto Calamante como candidato a concejal, y en la otra lista figura Raúl Humberto Calamante como candidato a concejal. Sale o sale. Es decir, llevaron al mismo candidato las dos listas. ¿Quién es? Es el secretario general del Suteba, el sindicato docente de Roberto Baradel, kirchnerista. Y también es el delegado del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires en Mar del Plata. Curiosidades de un cierre de listas bastante desprolijo.
¿Qué balance podemos hacer de todo esto? Primero, vamos a analizar una encuesta de Mora Jozami, de Casa Tres, que nos habla del primer problema: la absorción del Pro por La Libertad Avanza. Entre los votantes de La Libertad Avanza, el 56% dice que hay que fusionarse. El 33% dice que no y un 11% no sabe, no contesta. Del Pro, el 63% dice que sí, que hay que incorporarse, y el 36% que no. Y casi no hay opiniones dudosas o indecisas.
Luego, la encuesta consulta lo siguiente: si La Libertad Avanza y el Pro llegan a un acuerdo electoral y se presentan juntos, ¿usted los votaría? El 77% dice que los votaría y el 20% que podría llegar a votarlos. Estamos hablando del universo de votantes de esa coalición. No hay kirchneristas, obviamente, en ese número, ni peronistas disidentes. ¿Qué quiere decir todo esto? Que el Gobierno, al impulsar esta estrategia de absorción del Pro, lleva adelante una política que es aplaudida por su propia base.
Hay una curiosidad este año. Todo lo que estamos hablando, que es la elección bonaerense, es con lista sábana, el viejo método electoral. Pero las elecciones de octubre, que son las de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, se celebran con el método nacional, que es boleta única. Ya no hay listas sábanas por partido. Eso va a introducir muchas novedades. La primera de ellas es que se abarata muchísimo el costo de la elección porque no hay que fiscalizar, no se requiere tener millones de boletas para cubrir el cuarto oscuro. Entonces, hay una especie de estímulo a postular. Se va a ver una cantidad enorme de candidatos, una gran dispersión.
Ya sabemos que el Gobierno lleva a José Luis Espert como primer candidato. Milei lo sigue sosteniendo en la boleta de diputados nacionales. ¿Quién va a ser el primer candidato del peronismo? ¿Massa? Habrá que ver qué pasa en la campaña electoral. Porque si Massa ve que las listas del PJ empiezan a ir para abajo y que La Libertad Avanza empieza a hacer una gran elección en la provincia de Buenos Aires, no va a querer ser el mariscal de la derrota en octubre. Y va a querer que ese lugar lo ocupe un amigo de Kicillof, que es el gran rival de Massa para la candidatura presidencial de 2027. Porque Massa ese sueño no se lo sacó de la cabeza. Hay una dificultad: las listas provinciales se inscriben antes de que se conozca el resultado provincial. Hay que inscribir las candidaturas el 19 de agosto y el resultado se conocerá el 7 de septiembre. Es decir que habrá que mirar las encuestas y ahí sabremos qué pronóstico hay en el peronismo de la provincia de Buenos Aires: si es optimista o pesimista, según la identidad del que encabece la lista. Sin embargo, hay amigos de Massa que dicen: “Sergio es un candidato compulsivo. No hay fecha en la que no pueda postularse. Si hay elecciones, él se postula”.
Dentro del peronismo, Massa es el que más activo estuvo este fin de semana en esta colonización de esa tercera fuerza y probablemente empiece a ser percibido por el Gobierno como el principal opositor, el que todavía tiene algún potencial, y tiene una extraordinaria habilidad técnica para moverse en el ambiente del poder y, sobre todo, en este ambiente del que estamos hablando, que es la microfísica de las candidaturas.
Le atribuyen a Cristina una frase que no sabemos si alguna vez la habrá dicho, pero la frase es esta: “Nunca vi nadie tan parecido a Néstor como Sergio Massa, en lo mejor y en lo peor”. Debe ser lo peor de Massa, porque es difícil que Cristina reconozca que había algo peor en Néstor. Lo cierto es que Massa aparece de nuevo en la escena como una figura muy relevante dentro del peronismo y el Gobierno parece identificarlo como un problema. De hecho, Guillermo Francos la semana pasada dijo algo muy duro, dijo que durante la gestión de Massa se cobraban coimas para poder habilitar importaciones a través de las SIRA, los permisos de importación. Pidió que alguien lo investigue. En realidad, alguien lo investigó. Alguien simuló que lo investigaban. El fiscal Eduardo Taiano cerró la causa casi sin mirar la denuncia, en poquísimo tiempo. Es más: le llevaron una denuncia anónima diciendo que en la casa de la madre de Matías Tombolini, uno de los encargados del comercio exterior de ese gobierno, en Palermo, iba gente con bolsos, aparentemente con plata. Taiano dijo: “No investigo denuncias anónimas”. En el historial de Taiano hay por lo menos diez denuncias anónimas investigadas. No quería investigar esa denuncia anónima por miedo a encontrarse con algo seguramente.
Interesante lo de Taiano porque vuelve a repetirse una historia similar ahora: una gran denuncia de la DGI -que no es una denuncia, es un reporte de una operación inusual, sospechosa- sobre el “Señor del Tabaco”, Pablo Otero, que aparentemente inventa clientes para poder generar facturas en blanco que lo dejen mejor encuadrado en la DGI, frente a un gran comercio en negro de cigarrillos. Esta es una hipótesis, no una imputación. Es lo que se sospecha que puede estar pasando, porque se miran cuáles son los clientes mayoristas a los que les vende cigarrillos, y son todos fantasmas. Le ese reporte al fiscal Taiano, quien llamó a un par de funcionarios de ARCA, que eran los que habían hecho la observación, pero curiosamente a Taiano no le interesó estar en la audiencia ni preguntarles nada. Después cerró el tema y le informó a la jueza Servini de Cubría que no hay nada que investigar. Dicen que Servini de Cubría está enardecida con Taiano porque se perdió una gran causa. No sabemos en qué sentido se la perdió, pero le hubiera gustado tener bajo investigación al “Señor del Tabaco”, Otero.
Hay amigos de Otero que están preocupados por esta presunción: que le quiten la visa para ingresar a Estados Unidos, porque es obvio que Otero tiene un gran conflicto con tabacaleras internacionales, algunas muy poderosas, americanas. Y se mira en el espejo de Horacio Cartes, el poderosísimo expresidente de Paraguay, a quien le fue retirada la visa -a él y a su familia- en Estados Unidos por comercio con cigarrillos. Es una preocupación, no más. Habrá que ver si se justifica o no.
Hubo una agresión feísima, contra Francos, de un personaje bastante oscuro que se llama Pablo Toviggino. Es la mano derecha económica de Claudio “Chiqui” Tapia en la AFA. ¿Por qué es interesante mirar la agresión de Toviggino? Porque es un hombre extraordinariamente cercano a Massa. Entonces, habrá que ver si no hay alguna molestia de Massa por lo que dijo Francos. Y Toviggino está muy ligado también -por eso la opacidad de todo esto- al gobernador Gerardo Zamora, de Santiago del Estero. Volvemos a Estados Unidos porque ha habido un informe de Douglas Farah, que es un investigador bastante cercano al Departamento de Estado, sobre el narcotráfico en Santiago del Estero. No ha habido aclaración respecto del tema por parte del gobernador Zamora, tan cercano a Toviggino.
Otros datos: dentro del Gobierno un sector se siente desplazado del armado de las listas y es el sector de Santiago Caputo -el mago del Kremlin-. Las Fuerzas del Cielo, que uno identifica con el Gordo Dan. Poquísimos lugares en las listas. Casi ninguno. Dicen que están enojados, que va a haber una especie de huelga de tuiteros, peleados con los Menem. Tan peleados que le atribuyen a la gente de Santiago Caputo haber filtrado una denuncia de negocios con las empresas de seguridad que contrata el Banco Nación por parte de los Menem. Hay quienes conocen bien el tema y dicen: “¿Te parece que será Santiago Caputo? Huele más al sindicato, huele más a La Bancaria”. Aquí hay un conflicto entre La Bancaria y el nuevo gerente general del banco, que se llama Gastón Álvarez, y que aparentemente está haciendo reformas dentro del banco que molestan al gremio. Pero cuando hay enfrentamientos así, en una fuerza política, medio automáticos, hay terceros que se hacen una fiesta porque el ataque ya tiene dueño.
Este lunes hubo un tuit interesante desde la cuenta de Jack, que ahora se llama @Mileiemperor y todos se la atribuyen al Mago, a Santiago Caputo. Siempre está la idea del imperio, del emperador. Y es un retuit en la red X donde alguien muy ligado a las Fuerzas del Cielo pone un video de Pablo Morillo, que es candidato de La Libertad Avanza, pero en el video habla de que “nuestro gobernador Kicillof tiene todas las condiciones para ser presidente. Está altamente calificado. Es uno de los cuadros más importantes de la Argentina”. Esto lo decía Morillo hace poco, cuando era kirchnerista. Ahora es el segundo candidato de La Libertad Avanza en la segunda sección electoral. Están indignados, obviamente, los de las Fuerzas del Cielo, especialmente Santiago Caputo, con Pareja, con los Menem, con Karina Milei, que para cubrir cargos recurrieron a gente que hasta hace dos horas era kirchnerista. Y aparece esta frase muy divertida que suele poner quien supuestamente es Santiago Caputo -porque son cuentas fantasmas-: “Las advertencias fueron debidamente presentadas”. Advertencias internas del Gobierno.
¿Por qué todo esto tiene significación? Porque el propio presidente Milei, cuando mira el movimiento del dólar, cuando mira que hay que subir la tasa de interés de manera exorbitante, cuando ve que hay que intervenir en el mercado de futuros -por suerte no cerró el Banco Central, porque sino no lo podría hacer- no lo atribuye a problemas de su gestión económica o de su paradigma económico, sino al ruido político. Y parte del ruido político lo aporta la misma interna del Gobierno. En este punto es donde se vincula la política con la economía y empieza a encender algunas alarmas. Esta falta de método, esta falta de estilo, esta falta de procedimientos, que era algo de la vieja política, no debería ser menospreciada. No todo lo que hacían los viejos políticos era condenable. Muchísimo de lo que hicieron y de lo que hacen es condenable. Algunos de ellos lo pueden explicar porque están cerca del Gobierno: Ritondo, Santilli, son la antiquísima política. Pero no todo lo que miramos en el pasado de la política debe ser despreciado. Hoy vemos mucho desorden en el oficialismo, y ese desorden está complicando las relaciones con el Congreso, las relaciones federales, y también genera internas que las paga el propio Presidente.
Fuente: La Nación