
De ANALISIS DIGITAL
El devenir histórico del accionar militar y su gravedad centra en la última dictadura cívico militar el peor período de la corta historia de la Argentina. Los crimenes de Lesa Humanidad cometidos por las distintas juntas militares desde el 76 hasta el 83 robaron el protagonismo de los capítulos del terror de nuestra historia. Sin embargo, años atrás, muchos de los que después ocuparon cargos de poder de facto a partir del 76, realizaron otro crimen que según la Justicia también es considerado bajo la figura de Lesa Humanidad, a pesar de algunos vaivenes dentro de su estructura.
El ataque con bombardeos por parte de la Fuerza Aérea, a la población civil durante el medio día del 16 de junio, significó un aberrante hecho que se convirtió en un punto histórico: era la primera vez que parte de las FFAA de una nación atacaban a su propia población. La excusa era, al menos, el debilitamiento de la presidencia de Juan Domingo Perón, aunque existen opiniones que ratifican que la voluntad de los militares era la de asesinar a quien entonces era el presidente de la Nación.
Perón, alertado por agentes de Inteligencia, se había ido por la mañana de esa jornada a la sede del Ministerio de Guerra -hoy de Defensa- y de esa manera evitó que el ataque impactara sobre su persona y la cúpula de ministros que se reunían en la Casa Rosada.
Además de la casa de gobierno, los ataques llegaron a impactar sobre un trolebus -transporte público a fuerza de energía eléctrica- y la Pirámide de Mayo. La masacre tuvo como consecuencia la muerte de 355 personas, según consignó El Historiador. En total fueron 29 bombas que no eran de destrucción total sino que expandían esquirlas que tenían como objetivo la muerte. Eso explica que la Casa Rosada no fue demolida por las explosiones, sino que el daño fue dirigido especialmente a personas.
Si bien el contexto social era de tensión, el desenlace impulsado por los sectores más conservadores del país, enfrentados por entonces con Perón, encabezado por la Iglesia y gran sector de las FFAA, desencadenó en un Golpe de Estado concretado tres meses después, en septiembre del mismo año, bajo lo que se autodenominó la Revolución Libertadora y condenó al exilio a Perón, a la proscripción del peronismo, clausuró la legislatura y se convirtió en la ante sala dictatorial que comenzaría a preparar el terreno para lo que luego fue la dictadura más sangrienta de nuestra historia.