Allí, destacó además que "cualquier ciudadano, como los muchos que a diario consultan dichas actas, puede atestiguar que no hay actas reservadas de ningún tipo ni de ninguna fecha".
"Inclusive, hasta el cronista de La Nación, si se levantase del escritorio o usase el teléfono para otra función que hablar con sus `fuentes confiables´, podría comprobar esta simple realidad", asevera el texto de la Cancillería.
En este sentido, indica que "la imaginación del cronista lo lleva a afirmar que uno de los motivos de mantener el secreto de las actas sería no dar a conocer las `abultadas dietas en dólares´ de los miembros de la CARU".
"Los editores de La Nación deberían saber que eso tampoco es secreto, y que los delegados argentinos y uruguayos tienen la misma compensación pecuniaria por su trabajo. En fin, no hay actas reservadas ni mentiras tal como ha inventado La Nación", aseveró el Ministerio.
En este marco, consideró que, "informar la verdad, impediría a La Nación continuar denostando al gobierno nacional desinformando a sus lectores" en el marco de la controversia con Uruguay por la pastera UPM (ex Botnia).