El religioso señaló: "Violencia y maltrato de la niñez, presencia de la droga que avanza y deteriora a nuestros jóvenes, marginalidad y exclusión, siguen siendo desafíos que todos debemos asumir".
En tal sentido, el cardenal Jorge Bergoglio, de Buenos Aires, se refirió a hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, que "andan el camino de la vida y senderean tantas búsquedas en esperanza o en desesperanza, y me brota el deseo de acercarme, de augurar paz, mucha paz y también de recibirla; paz de hermanos, pues todos lo somos, paz que construye", según consignó Clarín.
De igual manera, Andrés Stanovnik, Ricardo Faifer y Hugo Santiago, obispos de provincia de Corrientes, coincidieron en señalar que "el presente y futuro de nuestro pueblo depende del cuidado, respeto y amor que pongamos todos y cada uno por la vida humana y la familia".
Y agregaron que "son necesarias políticas de Estado y actitudes personales, que favorezcan efectivamente a nuestras familias, como espacio vital donde la vida humana se acoja, proteja y desarrolle".
A su vez, los obispos patagónicos sostuvieron que "no siempre se permite a un niño nacer, y que no siempre se procura que la vida de los que han nacido sea plena y total. El aborto, la violencia familiar, la pobreza, la falta de una vivienda digna, de una educación de calidad para todos, de una salud pública eficaz, son otros tantos elementos que impiden el nacimiento y el desarrollo de una vida verdaderamente humana".
El obispo Antonio Marino, de Mar del Plata, consideró una tarea "impostergable trabajar para erradicar la pobreza, brindar educación que incluya a todos y defender la integridad física de los ciudadanos".
Monseñor José Luis Mollaghan, de Rosario, manifestó: "Que esta luz de una esperanza nueva nos impulse también a un verdadero amor y solidaridad, especialmente hacia los que más necesitan, los más débiles y los que sufren; sabiendo que con su gracia lo podemos poner en práctica".
Nacido en Buenos Aires, el 18 de enero de1878, se asomó de niño a la maravilla de los campos bajos en La Conchera de Flores, establecimiento de su padre que se erige orgulloso en el sur de la provincia de Entre Ríos, lugar donde observó gestos y actitudes de pobladores isleños que luego reflejaría en su dramaturgia.