El religioso señaló: "Violencia y maltrato de la niñez, presencia de la droga que avanza y deteriora a nuestros jóvenes, marginalidad y exclusión, siguen siendo desafíos que todos debemos asumir".
En tal sentido, el cardenal Jorge Bergoglio, de Buenos Aires, se refirió a hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, que "andan el camino de la vida y senderean tantas búsquedas en esperanza o en desesperanza, y me brota el deseo de acercarme, de augurar paz, mucha paz y también de recibirla; paz de hermanos, pues todos lo somos, paz que construye", según consignó Clarín.
De igual manera, Andrés Stanovnik, Ricardo Faifer y Hugo Santiago, obispos de provincia de Corrientes, coincidieron en señalar que "el presente y futuro de nuestro pueblo depende del cuidado, respeto y amor que pongamos todos y cada uno por la vida humana y la familia".
Y agregaron que "son necesarias políticas de Estado y actitudes personales, que favorezcan efectivamente a nuestras familias, como espacio vital donde la vida humana se acoja, proteja y desarrolle".
A su vez, los obispos patagónicos sostuvieron que "no siempre se permite a un niño nacer, y que no siempre se procura que la vida de los que han nacido sea plena y total. El aborto, la violencia familiar, la pobreza, la falta de una vivienda digna, de una educación de calidad para todos, de una salud pública eficaz, son otros tantos elementos que impiden el nacimiento y el desarrollo de una vida verdaderamente humana".
El obispo Antonio Marino, de Mar del Plata, consideró una tarea "impostergable trabajar para erradicar la pobreza, brindar educación que incluya a todos y defender la integridad física de los ciudadanos".
Monseñor José Luis Mollaghan, de Rosario, manifestó: "Que esta luz de una esperanza nueva nos impulse también a un verdadero amor y solidaridad, especialmente hacia los que más necesitan, los más débiles y los que sufren; sabiendo que con su gracia lo podemos poner en práctica".