Las integrantes de Paranín comentaron que los primeros pasos de la entidad tuvieron que ver con la convicción de que la desnutrición infantil genera debilidad mental y eso es prevenible. Para ello, decidieron replicar en la capital entrerriana, una idea que ya se había implementado con excelentes resultados en Mendoza, y en otros lugares del país y del mundo.
De esa manera nació Paranín, una especie de “franquicia solidaria” de la red de centros Conín. El centro paranaense está ubicado en el barrio Mosconi, en el kilómetro 3. Allí se trabaja por medio de la educación y asistencia integral en el seno de la familia.
Desde el núcleo de la Asociación están convencidos de que “la única forma de combatir eficazmente la desnutrición infantil es atacando sus causas mediante un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza”.
En la provincia hay otras experiencias similares que se desarrollan en Villaguay; Gualeguay; Gualeguaychú y Concordia.
Lescano y De Marcos comentaron que, en otras experiencias de trabajo comunitario con adolescentes, habían comprobado que –para lograr un verdadero avance en el tema- era imprescindible abordar el problema del hambre desde mucho antes. En esa línea, indicaron: “Hay que trabajar primero en la alimentación en edad temprana. La única enfermedad mental que puede prevenirse, y que es provocada por el hombre, es la desnutrición infantil. Es vital y clave, en el primer año de vida de un niño. Alimentarlo y estimularlo para que su cerebro se desarrolle”.
En el Centro, la Asociación, a partir de la buena voluntad de profesionales que colaboran con el proyecto, se dictan talleres de alfabetización, de costura y de cocina.
Quienes se identifiquen con el pensamiento de la gente de Paranin, ahora tienen en sus manos una posibilidad concreta de colaboración por medio de Sidecreer.
Conín fue fundada en Mendoza (Argentina) el 4 de septiembre de 1993 por Abel Albino, siguiendo el exitoso modelo implementado por Fernando Mönckeberg en la República de Chile y gracias al cual este país cuenta con el índice más bajo de desnutrición en Latinoamérica. El modelo chileno (Centro de Tratamiento) fue complementado en Mendoza con Centros de Prevención.