Anoche, pocas horas después del triunfo en el Sudamericano, la figura del equipo argentino, Walter Herrmann, sufrió la pérdida de su padre quien murió de un ataque cardíaco en Venado Tuerto. Justo ayer se cumplía un año del accidente en el que murieron su novia, su madre y su hermana.
Ayer a media tarde, Walter Hermann se trepaba al aro del estadio de Campos, Brasil, para continuar con la tradición de los campeones: llevarse la red. Su selección, la Argentina, acababa de vencer en la final a Brasil por 95 a 78, un resultado concluyente de la mano de Walter, la gran figura del equipo, quien se destacaba como el goleador (22,5 puntos) y el mejor rebotero del equipo (5,3).
El jugador argentino gozaba del triunfo, una gran alegría como contraposición de la tragedia que había sufrido justamente un año antes cuando en un accidente automovilístico habían muerto su hermana, su madre y su novia.
Pero en este fatídico 18 de julio para la vida de Walter Herrmann, anoche falleció su padre, Héctor. La muerte se produjo en Venado Tuerto, donde residía, por un repentino ataque cardíaco. El jugador tiene previsto llegar a las 15,50 a Ezeiza desde Brasil e inmediatamente se trasladará a Venado Tuerto.
Allí, seguramente, decidirá si acepta la esperada convocatoria de Rubén Magnano para que Walter Herrmann se sume al grupo preseleccionado que se entrena en Córdoba con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos que se realizarán el mes que viene en Atenas.
Cuando debió sufrir la tragedia en el 2003, lógicamente, desertó del equipo que jugaría el Sudamericano de Montevideo. Habrá que esperar qué ocurre en esta ocasión.
Por lo pronto, también se conoció esta mañana la convocatoria de Magnano, y se produjeron algunos hechos inesperados: el técnico de la selección llamó a Herrmann y también a Leonardo Gutiérrez y a Carlos Delfino, tal como se esperaba, pero sorpresivamente no lo hizo con Pablo Prigioni y con Román González.
Fuente:ole.com.ar