
Juan Barinaga lleva 13 asistencias en Patronato en lo que va de la temporada de la Primera Nacional. Foto: Prensa Patronato.
Ezequiel Re
No se define. No se decide. Está ahí. Expectante. Gana y se acerca. Pierde y se aleja. Lo bueno que Patronato, en esta Primera Nacional y transitando los primeros pasos del segundo semestre, ya hay pesares que no tiene. Aquellos que tras el descenso a la Primera Nacional lo acercaban más a los números bajos de la tabla que al futuro promisorio.
Ahora queda esa sensación, al margen de la derrota ante Gimnasia y Tiro de Salta del viernes último, que el Santo no tendrá que observar la desdicha de la zona roja sino acrecentar sus posibilidades de quedarse en Zona de Clasificación.
Pero también es cierto que los números hablan y dicen cosas. La paridad en triunfos, empates y derrotas declaran o argumentan ese convite irregular: hasta aquí jugó 22, ganó ocho, empató ocho, perdió seis. Marcó 26 goles y le hicieron 21. Nada mal si se analiza que lleva seis encuentros sin perder de local (cuatro victorias y dos empates).
¿Y dónde está la luz amarilla? En la cantidad de empates. Claro que, si se analizan a los rivales hoy en zona de clasificación, también muestran una cifra parecida de igualdades. Es más, el líder de la Zona 1 (Atlanta) tiene nueve pardas, pero claro ganó mucho más (10) y se mantiene arriba.
Pero falta mucho aún para el veredicto final. Lo importante que el Patrón da pelea. Disfruta del buen momento como asistidor de Juan Barinaga (13) y de los goles de Alan Bonansea (14), relojeado por clubes de Primera División.
La campaña no es mala, pero algo falta. Y tal vez ese “algo falta” se pueda responder el domingo cuando reciba a Deportivo Maipú de Mendoza. Le falta la victoria del despegue que lo lleve a merodear la zona de arriba. Probablemente en Salta, ante Gimnasia y Tiro, pudo traerse una igualdad, pero es claro que cuando los equipos trabajan más el partido mirando su arco más que el rival, la cosa cuesta y la derrota duele.
El trabajo de Gabriel Gómez DT, será poder sostener el ritmo de sus players para no caer en la tentación de defender más que atacar. El mismo entrenador lo dijo tras en tierras salteñas. “El equipo tuvo momentos en los que jugó bien. Hoy no lo pudo sostener”.
En tiempos que en fútbol no hay mañana, que todo es hoy, en Patronato hay que cuidar lo que se tiene, mantener el mensaje optimista y disfrutar del partido a partido tratando que el porcentaje de buenos momentos futbolísticos, sea mayor a los sinsabores. Todo puede pasar en una pareja Primera Nacional. Incluso, dar el salto.