Marcelo Comas
Hacer resurgir el boxeo local ha sido un reclamo de siempre. En ese rumbo, una y otra vez se arman espectáculos pugilísticos que se empeñan en levantar el dormido deporte de los puños en la capital provincial. También por eso, en el marco de la Escuelas Municipales de Deportes se pusieron en marcha los gimnasios donde se practica la disciplina que llevó a triunfar a Pedro Rohr. Y aportaron lo suyo Luciano Amatti y Roque Romero Gastaldo -hoy promotor-, que pretenden darle el impulso necesario. Un proceso que se inicia en el campo amateur, años donde se transita el ring con protección de cabezales, entrenamientos de largas horas de sacrificio hasta alcanzar notoriedad en el campo rentado soñando con protagonizar combates estelares en Buenos Aires y por qué no ilusionarse con tirar guantes en el exterior. Para conocer el momento que atraviesa el pugilato local ANALISIS dialogó con Carlos Clemente, titular del Comisión Municipal de Box.
Roberto Lubo es el encargado de uno de los gimnasios dedicados a la enseñanza del boxeo en Paraná. En calle Rocamora 652 prepara a jóvenes con proyección dentro del cuadrilátero. Además, Lubo se desempeña como manager. Otro de los que ejerce la docencia en materia de pugilismo es Justo Evangelista Martínez, más conocido como Nocaut, que para muchos ya vio pasar su cuarto de hora en esto de intercambiar golpes con la finalidad de voltear al adversario. Martínez trabaja junto a su hermano de la vida, Juan Carlos Toro Villagra, uno de los pocos púgiles en la capital provincial que se ha mantenido en vigencia. Ambos brindan su experiencia a aquellos que quieran cultivarse en el arte del boxeo. Roque Romero Gastaldo quizás sea el promotor más respetado en la ciudad de Paraná, ya que se ha ganado fama de hombre responsable y serio en esto de formar futuros campeones. Es más, por estos días en su gimnasio del Club Ministerio moldea en soledad a la promesa más firme del pugilato local: Ulises Cloroformo López, valor que apunta a consolidarse a medida que va alimentando su record en calidad de profesional. Los que conocen el ambiente afirman que es un joven con posibilidades de llegar lejos, aunque todo depende de su constancia para entrenar y mantener la cabeza bien fría a la hora de enfrentar rivales. Miguel Ángel Duro es otro de los entrenadores que mantiene viva la llama de la disciplina y para tal fin difunde la actividad en un gimnasio de Avenida Zanni. Tampoco hay que olvidarse de José Luis González, manager representante de Ramón Peco Zapata, un púgil con posibilidades de ser profesional pero que repentinamente decidió colgar los guantes. González y miembros de la Comisión Municipal conocedores de sus condiciones han decidido rescatarlo para que revea su decisión.
Muchos adeptos se acercan a practicar la disciplina en busca de moldear su físico más que de dedicarse de lleno a la actividad. En definitiva, es el objetivo de la mayoría, por eso es que cuesta tanto sacar boxeadores en Paraná.
De manera de ahondar en la cuestión, este semanario mantuvo un diálogo con Carlos Clemente, titular de la Comisión Municipal de Box. Su gestión al frente del ente se inició en agosto de 2004, luego de cuatro años sin un organismo que regulara el funcionamiento de la actividad, en virtud de que el ex intendente Sergio Varisco había dispuesto eliminar por decreto la anterior Comisión debido a la presentación de aquel boxeador trucho, caso que tuviera repercusión en el ámbito nacional.
“En agosto retomamos la Comisión de Municipal de Box, porque en la gestión de (Sergio) Varisco anuló por decreto el ente. Un tema que complicó bastante fue la presentación del campeón mundial trucho, que fue un bochorno inclusive en el orden nacional. Estuvimos cuatro años sin boxeo, se hacían las cosas mal porque se seguían autorizando las peleas como espectáculo público; se juntaban tres o cuatro y organizaban festivales en Paraná. Se nos ocurrió reorganizar la cuestión, hablamos con el intendente de Paraná y le planteamos arrancar con la actividad nuevamente. Formamos una nueva comisión a fin de pelear legalmente, aparte después de la charla con nosotros, (Julio) Solanas se dio cuenta de que tampoco podía seguir autorizando espectáculos por una dirección no afectada a la temática. Es la primera vez que hay una oficina donde se atiende a los boxeadores, empezamos a tener contacto con ellos y a resolverles los problemas. Tenemos un médico que los atiende y también contamos con un abogado asesor: el profesional de la medicina es Pablo Carbonetti y el asesor legal es Héctor Bergara”, explicó el funcionario.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)