El gran argumento de “las relaciones de fuerza”

Edición: 
968
Lo que el gobierno no hace, demora o no quiere

Antonio Tardelli

Es extremadamente provechoso.

El de las “relaciones de fuerza” es un gran principio. Concilia dos atributos tremendamente apropiados para este tiempo complejo: es consistente y es útil. Puede operar como argumento sensato y como pretexto canalla. Los hombres del heterogéneo kirchnerismo pueden recurrir a él tanto para explicar por qué se demoran sus audacias como para justificar las miserias de todo calibre. En uno y otro caso, consecuentes militantes progresistas y oportunistas consuetudinarios están en condiciones de afirmar: “Es un problema de relaciones de fuerza”.

El principio se sostiene desde un supuesto simple: en política no se puede hacer, todo el tiempo, lo que se quiere. Semejante evidencia fue resuelta, en la historia y en la Argentina, de diferentes maneras. El radicalismo de Yrigoyen, apelando a una retórica ingeniosa, saldaba el problema desde la enunciación de un imperativo ético. Admitía y proponía: “En política no se hace lo que se quiere ni lo que se puede. Se hace lo que se debe”. Es un buen intento.

Pero el problema siempre es determinar qué es lo que se debe hacer y quién lo decide. Quienes conciben a la política como un lugar donde las cosas se resuelven según las relaciones de fuerza reconocen, aunque a desgano, que en el espacio público se hace apenas lo que se puede hacer. “Lo que se puede”, entonces, depende de las relaciones de fuerza. El imperativo ético queda reducido a una pauta realista. Todo depende de las relaciones de fuerza, o sea, del poder relativo que acumula un actor para imponer su criterio, su tesitura, su orientación, y del poder relativo del que disponen quienes están dispuestos a impedir la imposición de ese criterio, de esa tesitura, de esa orientación.

Pero no únicamente las relaciones de fuerza determinan “lo que se puede”. “Lo que se puede” depende, antes que nada, de la voluntad inicial. Hago “lo que puedo”. Ajá. ¿De qué cosa? ¿Para alcanzar qué cosa? ¿En la búsqueda de qué objetivo? ¿Cuánto es “lo que puedo” en relación con “lo que quiero”? ¿Qué es lo que quiero? El “poder” es lo que se opone al “no poder”. “No poder” expresa una imposibilidad. Tal imposibilidad puede obedecer, en efecto, a desfavorables relaciones de fuerza: el adversario cuenta con más poder que yo. Pero la falta de materialización de determinadas realizaciones puede responder también, más sencillamente, a que tales realizaciones no han sido siquiera proyectadas. Puede ser que no hayan sido imaginadas. Lo que no se hace, o lo que no se hizo antes, justificado públicamente en el “no se puede”, o en el “antes no se podía”, puede ser tanto la imposibilidad de concretar un proyecto como también la falsificación o la inexistencia de ese proyecto.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS)

Deportes

Matías Russo y Vittoria Piria

El piloto entrerriano Matías Russo, junto a su compañera Vittoria Piria, conducen un Porsche.

Unión

Lucas Gamba estableció el empate para el Tatengue en retorno de Leonardo Madelón.

Patronato

El Santo se impuso 2 a 1 en el clásico ante el Decano en el predio La Capillita.

Racing

La Academia festejó gracias a un agónico gol en contra y eliminó a la Lepra del Torneo Apertura.

Unión

Unión de Crespo fue uno de los que ganó este jueves, fue frente a San Martín de Gazzano.

Argentina

Argentina tiene confirmadas días y sedes para la doble jornada de Eliminatorias Sudamericanas.

Opinión

Por Claudio Jacquelin (*)

Dibujo de Alfredo Sábat para La Nación.

Judiciales