El periodista especializado en temas religiosos, Sergio Rubín, hizo un análisis de la homilía del arzobispo de Buenos Aires en el Tedeum del 25 de Mayo cuestionando la situación social ante el Presidente Javier Milei.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Rubín afirmó que el obispo “no se podía callar porque la realidad es muy fuerte; particularmente a la Iglesia siempre le interesa la situación social y sabiendo que hay en marcha un ajuste tan fuerte que el Presidente había dicho en campaña que lo iba a hacer y para muchos es necesario porque había quedado todo muy desajustado; después veremos en qué termina y qué resultado da y ojalá le vaya bien”.
“De todos modos, García Cuerva se ha preocupado mucho –y lo dijo al principio de su homilía- de hablarle a todos, considerando que hay niveles de responsabilidad. Por supuesto que siempre el gobierno de turno tiene la mayor responsabilidad pero pide que cada uno asuma lo suyo, porque la oposición no puede desentenderse ya que el kirchnerismo ha tenido en los últimos 20 años una presencia fundamental. Pero también lo que quería es que no usen la homilía para tirársela por la cabeza unos a otros, sino para pensar qué parte tiene cada uno, cuánto se siente interpelado cada uno en esto, y cómo hacer entre todos para hacer un aporte, renunciar a lo que se pueda renunciar y hacer cada uno un aporte en aras de un país mejor, en un contexto muy delicado y con mucha gente que está sufriendo, no solo los pobres sino que también hay una clase media muy golpeada. Y ahí esa frase de que hay mucha gente que está haciendo un gran esfuerzo, no nos hagamos los tontos, no tengamos solo palabras sino también actitudes y ahí lamentó el aumento que tuvieron legisladores y funcionarios”, describió.
En cuanto a la recepción de la clase política y los dirigentes del gobierno, mencionó que “se ve una dirigencia y sectores políticos tan enfrentados, tan enfrascados, tan peleados y con tanta grieta, que no es bueno. Con mucha claridad lo dice el arzobispo al tema de la grieta, de la falta de capacidad de lo que el Papa llama la cultura del encuentro, de buscar algunas cuestiones comunes, de tener gestos de grandeza, de magnanimidad, de humildad, de autocrítica, e ir un poco más allá de la grieta y habló del odio. Hay que tener mucho cuidado porque del enfrentamiento verbal se puede caer en el odio y el odio político es un cáncer en sí, que corroe y socava a un pueblo. Hay que tener cuidado porque de las peleas se puede volver, pero del odio es muy difícil volver”.
Sobre el pedido del religioso para que se reparta el alimento que posee el gobierno nacional, Rubín planteó que “Cáritas tiene 1800 comedores en todo el país y a eso hay que agregar los de otras iglesias, ONG’s movimientos sociales; la Iglesia recibe el alimento o el dinero y sabe de las necesidades. Cuando comenzaron las auditorías a fines de diciembre en el Ministerio de Capitl Humano, se paró la distribución de alimentos y la Iglesia lo advirtió; pidió que se restituyera inmediatamente, que se haga todo lo que necesitaran para transparentar pero que no cortaran los alimentos”. “Estamos hablando de algo muy elemental, de si hoy está la comida para comer o no está, y acá se ve que está faltando, que no hay suficiente abastecimiento, que se necesitan los alimentos y que no pueden estar guardados. Es más, deslizó que pareciera que no hay idea de la importancia que tiene. La Iglesia puede tratar de hablarle a toda la sociedad y a toda la dirigencia de acuerdo al grado de responsabilidad pero ha entendido que una cosa así es importante y el gobierno tiene la decisión y responsabilidad de habilitar la entrega y no tener guardada esa cantidad enorme de alimentos que la gente necesita hoy para comer hoy”, señaló.
Sobre la relación de Milei con el Papa Francisco tras los ataques del Presidente en campaña, Rubin comentó que “dio un cambio cuando fue Milei al Vaticano, ya había pedido disculpas varias veces públicamente por los agravios que había tenido, el Papa había hecho sin nombrarlo alguna referencia bastante fuerte, pero luego del abrazo en la canonización de Mamá Antula se abrió otra etapa; fue un lindo gesto de ambos. A la Iglesia le preocupa mucho esto de la grieta, y ya cuando (Néstor) Kirchner comenzó con tanta crispación y enfrentamiento, fue lo primero que inició el deterioro de la relación”.
Opinó que “esa relación está más encaminada y el Papa está, como todo el mundo, a la expectativa de ver para dónde sale el tiro con Milei en Argentina. De todos modos, cada vez que Milei se enfrenta o tiene palabras fuertes con cualquier sector que sea, no cae bien, ni al Papa ni a la Iglesia, y le gustaría un estilo más dialogante”. “En Córdoba claramente bajó el tono y eso será evaluado positivamente, y por otro lado, Milei ha dicho que quiere que el Papa venga y hasta dijo en la CNN que está dispuesto a hacerle de bastón, aunque no hay que presionarlo y dejarlo que él tome libremente la decisión. Evidentemente Milei quiere ser el Presidente que reciba al Papa en Argentina. Francisco dijo que a la vuelta de su gira por Asia y Oceanía, a mediados de septiembre, dependiendo de cómo se sienta físicamente después de ese viaje de 11 días, vendrá a la Argentina. Así que creo que hoy la relación con el Papa está bien pero hay un enorme interrogante sobre cómo transcurra su Presidencia y cómo logre llevar adelante las cosas. El grado de acierto es que no aumente la conflictividad y las peleas, y en eso también la oposición tiene su responsabilidad, pero es muy difícil hacer pronósticos en Argentina”.