Facundo Pastor, este viernes en Paraná, junto a la moderadora Claudia Martínez. (Fotos: ANÁLISIS)
En la continuidad de la edición 2024 del Ciclo de Charlas Periodísticas de ANÁLISIS, el periodista Facundo Pastor (América) presentó este viernes su último libro, Isabel, sobre María Estela Martínez de Perón. La actividad se desarrolló, a sala llena, en el Hotel Howard Johnson Mayorazgo.
Al iniciar la charla, moderada por la periodista de ANÁLISIS y Radio Plaza, Claudia Martínez, Pastor hizo referencia a la icónica foto de la expresidenta en el helicóptero que debía trasladarla en la madrugada del 24 de marzo de 1976 hacia la residencia de Olivos, pero que es desviado de la ruta original.
“La cantidad de veces que habíamos visto esa foto y lo poco que sabíamos de esa foto”, reflexionó el autor sobre el germen de la obra. “Lo primero que me acuerdo que me pregunté, o que me puse como meta, fue tratar de encontrar el helicóptero, saber dónde estaba. Finalmente, lo encontré en Estados Unidos. Y después me pregunté quién piloteaba ese helicóptero aquella noche o aquella madrugada, y me di cuenta que la historia de los pilotos que, abro comillas, secuestraron, cierro comillas, a Isabel, abro y cierro comillas porque no estaba nada claro lo que pasaba allí”, describió. En esa línea, enfatizó: “Lo que está claro es que los militares desvían la ruta original de ese helicóptero. Y que el desvío de la ruta original de ese helicóptero es el primer acto de lo que después iba a ser el Gobierno Militar o la Junta Militar. Y me pareció increíble que no haya nada escrito sobre los pilotos”.
“Y después quise saber quiénes venían acompañándola a Isabel aquella noche. Traté de saber bien qué documentación había del helicóptero, quiénes eran los pilotos, piloto y copiloto, quiénes eran parte de la comitiva… Ahí me di cuenta, por ejemplo, que entre la comitiva había un edecán naval que era un espía, que había sido infiltrado por la Marina, por Massera, previendo que se venía el golpe y queriendo saber absolutamente todo del día a día y de toda la intimidad de ella”, reveló.
-Para vos, Isabel, ¿fue una mujer que fue fácil de manejar? No solamente me refiero por su entorno, digamos. Cosa que yo no creo que haya sido así porque vos también contás cómo lo conoce a Perón y el pensamiento que ella tenía cuando lo conoció a Perón. Para vos, era una mujer que, digamos, el entorno o ese espía o la junta militar o como lo quiero llamar vos, ¿sabía que iba a tener una reacción de ese tipo? ¿Que iba a dejarse llevar? -, preguntó Martínez.
-Bueno, -respondió Pastor- un desafío grande de este libro fue tratar de abordar la figura de Isabel despojada de varios prejuicios y de varias ideas que habían dando vuelta. Una de ellas, en lo que ella refiere, la idea de que era una mujer dócil y fácil de manejar. Por supuesto, imposible que yo pueda calificar eso. Sí podemos hacer un análisis desde el punto de vista político de lo que fue su gobierno, de lo que era el contexto de absoluta violencia que la Argentina vivía, de lo que ella vivió a partir de la muerte de Perón, de la cual ahora se cumplieron 50 años, de lo que le pasó a ella tras la muerte de Perón y tras el alejamiento en agosto/septiembre del `75 de (José) López Rega. Por supuesto que, cuando uno avanza en tratar de conocer este personaje, se encuentra con una mujer en absoluto estado de debilidad. Hay una cita que abre el libro, que es algo que ella dice de algo que decía Perón. Desde el punto de vista político trato de ser muy respetuoso con eso, como también traté a lo largo de todo el libro, de ser respetuoso con temas de salud, de salud y de salud mental. Primero, porque no soy médico; y, segundo, porque hay temas que, por supuesto, corren por la esfera más privada e íntima de los personajes. Y si bien son personajes del poder y públicos, no dejan de ser personas como todos nosotros.
Y, en ese punto, afirmó: “Está claro que Isabel Perón pactó con los militares la desaparición de las organizaciones políticas de entonces, la organización política de izquierda peronista y de la no peronista, Montoneros y ERC. Claramente ella pacta junto a López Rega y, si se quiere, al propio Perón en el último tiempo, la eliminación de las organizaciones revolucionarias de izquierda. Eso está claro. Son los mismos militares que luego utilizan la debilidad en la que estaba esta mujer después de la muerte de Perón y después del alejamiento de López Rega, como les contaba recién, para llevársela puesta. Le ponen un espía, estaba completamente rodeada”.
En ese lugar al que la llevan, siguió contando Pastor, Isabel fue recibida por “tres personas: Rogelio Villarreal, por el Ejército; Pedro Santamaría, por la Marina; y Basilio Lami Dozo, por la Fuerza Aérea. Ya ahí, a la una de la madrugada del 24 de marzo, se anticipaba lo que iba a ser el reparto de poder de la Junta Militar, las tres armas. Tres jefes militares y ella. La meten en un despacho, cierran la puerta, y ahí se da algo que es una negociación donde le ponen un documento arriba de la mesa y le dicen palabras más, palabras menos: `Si usted renuncia alegando problemas de salud, -que efectivamente los tenía, acotó Pastor-, nosotros tenemos preparado un avión, mire por la ventana, -ella se da vuelta, mira la pista- y ese avión la devuelve a Puerta de Hierro, a Madrid. Si usted alega un problema de salud, hay como una suerte de traspaso, una delegación hasta que se aplique el traspaso formal -y ella decide no firmar, volvió a acotar Pastor-. Si usted no firma, la subimos a otro avión y la llevamos al sur del país, al Messidor´”.
“Ese es el documento al que se refiere y es un documento que yo sabía que existía y fui tras su búsqueda”, reveló el periodista del Grupo América, y agregó: “Pero también le hice saber a ella que todo lo que sucedió en esa habitación, cuatro paredes, puerta cerrada, ventana cerrada, unos grabadores que la inteligencia militar había colocado, pero que alguien nervioso se olvidó de activar sino toda esa negociación hubiera quedado registrada, -salvo que esté y no lo sepamos-, yo le hice saber a ella que todo eso está relatado en algunos otros libros, en la voz de los militares golpistas. Habló Villarreal, habló Santa María y habló Lami Dozo. Nunca habló ella. Esto que ustedes acaban de escuchar es lo mismo que yo le hice saber a ella y yo creía que la voz de ella debía estar. Bueno, lo otro está plasmado en el libro y yo un poco lo estudié con ella. Yo creo que hay gran parte de lo que ella vio, de lo que ella sintió en los capítulos que sobrevienen a esa negociación en el despacho del comodoro Crosetto, que era el que manejaba la base naval”, completó sobre este punto de la historia.
-¿Por qué para vos, después que averiguaste todo lo que averiguaste, el peronismo no la menciona a Isabel?, inquirió Claudia Martínez.
-Yo creo que la figura de Isabel es una figura incómoda para el peronismo. Yo tengo la sensación de que el peronismo no sabe qué hacer con Isabel. De hecho, el busto de Isabel Perón no está en el Salón de los Bustos. Algunos dicen porque todavía está en vida, veremos. La realidad es que no está y pasaron gobiernos peronistas y lo podrían haber puesto. Aclaro que este no es un libro que reivindique la figura de Isabel. Pero acá voy a tomar algunos conceptos de Martín Rodríguez, que es un analista muy lúcido, en redes sociales está bajo el seudónimo Tinta Limón: él escribió algo sobre Isabel que yo tomo, que es ¿qué peronismo representaría Isabel? Y él dice quizás la figura de Isabel es una figura que supera lo que fue la figura de Vandor, esa idea de buscar un peronismo sin Perón, y la superaría Isabel. Es para que lo pensemos y analicemos, yo no tengo la palabra justa ni la certeza, estoy tomando algo de Martín. Posiblemente, la figura de Isabel represente la idea del peronismo o represente la idea de un peronismo sin pueblo. ¿A quién representa Isabel? ¿Quién reivindica hoy la figura de Isabel? ¿Un peronismo minúsculo? ¿Un peronismo de dónde? ¿De derecha? O sea, hay ahí, y yo uso una palabra bien argentina, tanguera, una palabra que aparece en varios tangos, que es la idea del desencuentro. Sin duda, un desencuentro entre Isabel y Argentina, entre la Argentina e Isabel, entre el peronismo e Isabel, entre Isabel y el peronismo, yo creo que ahí hay un desencuentro. Nadie sabe qué hacer con Isabel. A tal punto creo que es tan profundo ese desencuentro y su exilio.
Párrafo seguido, destacó que Isabel, “convivió 20 años con Perón. A Perón lo conoció en diciembre del `55 y Perón murió el 1° de julio del `74. Miren si no pasó tiempo y no pasaron cosas, y si mi editor no la pegó con esa bajada, lo que vio, lo que sabe, lo que oculta. Es una mujer intrigante”.
“¿Por qué está tanto tiempo callada?”, indagó Martínez sobre la expresidenta, ante lo que Pastor conjeturó: “A veces tengo la sensación que es como si hubiera actuado respondiendo a una suerte de orden supremo que le excede a su figura, que lo excede incluso al propio Perón. Así, rápido, fácil, uno podría pensar en alguna logia. Eso es lo que a mí se me viene a la cabeza. Y yo creo que eso es lo que podría llegar a responder la idea de este silencio. En eso me quedo pensando y sigo trabajando para ver si en algún momento hay un poquito más. Hay un poquito más…”, dijo para dejar abierta la puerta a un segundo libro.