El exministro cruzó calle córdoba hasta el edificio del Ministerio Fiscal. Previamente pasó por revisación médica y antecedentes, donde le pintaron los dedos. (Foto: ANÁLISIS)
N.B. de ANÁLISIS
Pedro Báez, exministro de Cultura y Comunicación del urribarrismo y exlegislador provincial, un hombre que supo ejercer el poder político en Entre Ríos, fue nuevamente indagado en el Ministerio Público Fiscal (MPF) de la provincia.
A primera hora de este miércoles, un vehículo de traslado de la Unidad Penal N°1 de Paraná, atravesó el centro de la ciudad con tres detenidos en su interior: el exministro era uno de ellos. Salió desde la zona del exhipódromo, donde está ubicada la cárcel, y llegó a Alcaidía minutos antes de las 8. La unidad de traslado penitenciario estacionó sobre calle Córdoba, pasando Laprida. Del transporte descendieron dos agentes. Abrieron las puertas traseras y uno de ellos ayudó a bajar a Báez. Estaba esposado. Llevaba un pantalón de gabardina oscura, una camisa celeste por fuera de la pretina y pasacinto, zapatillas urbanas de cuero al tono y los clásicos anteojos cuadrados de marco negro. Cruzó la calle. En el lugar estaba el camarógrafo que colabora con este medio (que registró imágenes inéditas), y algún curioso.
El exministro ingresó por la puerta de Alcaidía, un sector lindero y que se conecta internamente con el edificio de Tribunales. Fue a revisación médica, donde chequearon el estado de sus facultades mentales y pasó por Antecedentes. Allí le pintaron los dedos. Permaneció en el interior de esas oficinas hasta poco antes de las 9.20, cuando otros dos agentes de Policía, de la División Tribunales, lo llevaron por el interior del palacio judicial hasta la puerta que da a calle Santa Fe. De ese lado de la manzana había varias cámaras, periodistas, movileros e, incluso, se vio por la zona algún empleado legislativo jubilado.
Pedro Báez salió del palacio judicial por ese lateral. Descendió las escaleras acompañado y sostenido por los dos agentes, uno de cada lado. Entre las manos llevaba una carpeta de cartulina color amarillo. Atravesó la calle llena de autos y hasta esquivó un colectivo de línea detenido ante el semáforo rojo de calle Laprida. En el barullo general, escuchó algunas preguntas que le hicieron los medios y respondió que todo su patrimonio está justificado. Ingresó al edificio del Ministerio Público Fiscal y, en pocos segundos, desapareció de la escena.
Unos dos minutos antes, su abogado defensor Esteban Díaz se presentó en ese edificio de la acusación pública. Esperó a su pupilo en el interior. Los dos llegaron juntos al tercer piso. Los recibió el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull en su oficina. Lo que siguió fue protocolar. Estuvo alrededor de una hora en el Ministerio Fiscal. Se le informó formalmente sobre el acto de indagatoria. El exministro declaró brevemente. Se dijo inocente.
Cerca de las 10, un vehículo de la cárcel se detuvo frente al edificio de los fiscales. Permaneció unos 15 minutos estacionado sobre la vereda del lateral derecho (según el sentido de la calle). Primero salió el abogado defensor, Esteban Díaz. Y detrás asomó nuevamente Báez. Volvieron a preguntarle por su patrimonio. Y respondió lo mismo. Subió a la unidad de traslado penitenciario y regresó a su lugar de detención.
Inconsistencias que no pudo justificar
La causa por presunto enriquecimiento ilícito de Báez lleva varios años. Se abrió como un desprendimiento de las investigaciones y posterior condena del “megajuicio por corrupción”. En marzo de 2022, el Ministerio Público Fiscal requirió el levantamiento del secreto bancario de Báez y su entorno más cercano. La pesquisa avanzó y, este año, concluyó un informe contable sobre su patrimonio. Según el fiscal a cargo del proceso, hay unos 600 mil dólares que el exministro no pudo justificar.
En el medio de todo este proceso judicial por presunto enriquecimiento, Báez enfrentó la confirmación de la condena a 6 años y medio de prisión del 2megajuicio por corrupción”, el pedido de los fiscales para que comience a cumplir la condena y, efectivamente, la disposición judicial para que sea derivado a la Unidad Penal de Paraná, donde lleva alojado 19 días.
En su momento, se apuntó a la supuesta participación de Báez en un emprendimiento hotelero en Concordia (denominado Amanzi Termal), ubicado en Villa Zorraquín. También se señaló el valor de la propiedad donde residía, en calle Cervantes de Paraná, y a una casa quinta de descanso en calle Jozami, además de los numerosos viajes, compra y traspaso de otras propiedades, y el alto estándar de vida de la familia.
La sociedad que explota el hotel Amanzi termal de Concordia es Innova Turismo SRL, se constituyó en mayo de 2011: unos meses antes de la finalización del primer mandato del exgobernador Sergio Urribarri, y cuando Báez todavía no se había convertido en ministro sino que era director de Información Pública. Este emprendimiento se mencionó durante el megajuicio, puntualmente en el descargo de Germán Buffa, a quien se acusó por ser beneficiado con contrataciones del Estado cuando integraba una empresa que no estaba en posición para formar parte del Registro de Medios, condición sine qua non para concretar cualquier contratación.
Innova Turismo estaría integrada, además de Sofía Riquelme que es la esposa de Báez, por el expresidente de la tarjeta estatal Sidecreer, exsecretario de Turismo de Concordia y actual secretario de la Delegación Argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), Horacio Bechara; y el expresidente de la Corporación para el Desarrollo de Salto Grande (Codesal) y exrepresentante del gobierno de Entre Ríos en Buenos Aires, José Carlos Ostrosky, a través de su esposa, María Anastasia Keuchguerian.
Amanzi Termal consta de una decena de apartamentos con vista al parque central, estacionamiento privado y parrilla individual. Así se presenta en su página web: “Nuestras aguas termales fluyen a boca de pozo a 43º C, moderadas en mineralización, radiactividad y aplicación medicinal. El pozo del cual se extrae nuestra agua mediante una perforación de 1.142 metros, pertenece al Acuífero Guaraní”.
El empresario barilochense Jorge Aguirre, que intentó construir y poner en funcionamiento un hotel en Villa Zorraquín (que se alimentaría del mismo pozo termal que Amanzi), denunció numerosas irregularidades por parte de los funcionarios políticos que invirtieron en el mismo lugar que él. Aguirre invirtió e intentó abrir al público su hotel denominado “Itakú”, pero nunca pudo. Las deudas llevaron el emprendimiento al remate judicial y, en agosto de 2021, tomó la decisión de incendiar su hotel y quitarse la vida.
Otras inversiones
En un informe del programa de televisión Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral), se mencionaron varios de los viajes que hizo Báez. “Apenas iniciada la gestión de Sergio Urribarri (en marzo de 2008), se fue 10 días a Europa, siendo en ese entonces director General de Información Pública. En 2009, en pleno conflicto con el campo ‘por la 125’, viajó 20 días a Europa, el doble que el año anterior, y al mes siguiente se fue otros 10 días a Perú, donde se encontraba un familiar directo suyo y de su mujer, Sofía Riquelme. Además, tiene registrado un viaje a México en marzo de 2011, que fue con agenda oficial junto a Urribarri en la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. También figura en la lista otro viaje a Estados Unidos (en 2012), en el marco de otro viaje oficial. Cuenta además con numerosos viajes a Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay (se entiende que varios de ellos son para salir a otros países extranjeros, en especial desde Montevideo o desde Asunción) y vuelos desde Ezeiza a España y a Francia”.
La familia vivió a principios de los '90 en una casa otorgada por el IAPV, en calle Machado, en el barrio Paraná XXVI. Años después pudo acceder a una lujosa propiedad en calle Cervantes, dos departamentos en calle Nogoyá (que vendió), un inmueble en pleno barrio Palermo de Capital Federal, valuado en 150 mil dólares, que pasó a sus dos hijos y luego también fue vendido, entre otros.
Báez buscó justificar la compra de este departamento en Buenos Aires con la donación de un dinero importante de parte de su tía jubilada fallecida, según hizo constar en el expediente.
La mayor inversión la hizo en su majestuosa casa quinta, de 4 hectáreas, en calle Jozami, en enero de 2010, cuando estaba promediando el primer gobierno de Urribarri. Según los papeles presentados por Ignacio Esteban Díaz -abogado de Báez-, compraron ese terreno en 110 mil pesos (unos 30 mil dólares en ese entonces). Casualmente, tras el desembarco de Báez y familia en esa zona, maquinarias del gobierno primero aplicaron ripio y luego asfaltaron, en los inicios del segundo gobierno de Sergio Urribarri.