
River Plate, con una actuación decepcionante, apenas cosechó este domingo una igualdad sin goles frente al modesto Gimnasia y Esgrima de Jujuy, como visitante, en un pésimo partido de la segunda fecha del campeonato Apertura de fútbol. Gimnasia, con orden y sin asumir demasiados riesgos, fue por momentos el mejor equipo de la cancha y así consiguió el empate que alejó a River del liderazgo del torneo.
El equipo dirigido por Loenardo Astrada repitió -como en la primera fecha- un rendimiento decepcionante, mientras que Gimnasia, goleado por Boca en el estreno del campeonato, revirtió aquella pálida imagen.
River se encontró con un rival bien parado en la cancha que anuló su circuito en el mediocampo y que, por momentos lo superó, impulsado por la dinámica de Israel Damonte.
Marcelo Gallardo y Jairo Patiño en ningún momento lograron tomar el control del juego. En parte por sus intermitencias, pero también por el rigor de Gimnasia en la tarea defensiva.
En el contexto de un fútbol confuso, desordenado, hubo algunas pocas llegadas de cierto riesgo para cada equipo.
Hubo también un momento para la polémica cuando a los 28' el árbitro Héctor Baldassi marcó un tiro penal a raíz de una falta cometida por Franco Costanzo.
Empero, el segundo asistente anuló la acción anterior por una posición adelantada de Damonte, decisión que exaltó a la parcialidad local.
River se adelantó en el campo en el segundo tiempo. Gallardo comandó casi todas las ofensivas millonarias, pero careció de compañía.
Gimnasia esperó bien plantado en defensa y no sufrió un acoso importante por parte del equipo de Nuñez.
El cuadro jujeño, incluso, estuvo cerca de la victoria sobre el final cuando Gustavo Balvorín ensayó un remate que se fue cerca del palo.
Para el espectador imparcial el partido fue para el olvido. Pero Gimnasia y River -por distintas razones- lo recordarán por un buen tiempo.