Acrobacias aéreas

Micaela Leitner, de Paraná a emocionar al mundo

Edición
1162

Por G.G.d.R.

 

Lo que comenzó en un pequeño espacio cultural de Paraná llevó a Micaela Leitner a escenarios de Europa y, ahora, a uno de los programas más vistos del mundo: America’s Got Talent. Con 32 años, es acróbata aérea, volante junto a su pareja Matías Cienfuegos. Por estos días, su performance en el reality se volvió viral luego de conmover al público y al jurado.

 

“Empecé a hacer circo en Paraná, en La Hendija, un espacio de artes. De chica hice gimnasia artística y muchos deportes. A los 15 años empecé con telas y trapecio porque me gustaba estar colgada. Después compré mi tela y entrené sola, porque siempre fui autodidacta”, cuenta a ANÁLISIS.

 

Además, aprendió malabares, acrobacias en piso y slackline, haciendo shows callejeros y enfatizando en gimnasia artística. “Siempre me moví en muchos ambientes, me gustaba aprender y hacer cosas. Volví a la gimnasia porque quería profundizar en acrobacias”, dice.

 

Su primera gran salida del país fue en 2015, cuando viajó a Europa tras un festival de circo en San Luis, donde dio clases.

 

“Conocí a una chica francesa que me invitó a Francia. Viajé dos meses y estuve también en Bosnia, Hungría, Eslovaquia, Austria y España. Luego viví en Buenos Aires, donde seguí trabajando y formándome”.

 

En 2017 regresó a Europa para un intercambio artístico y terminó viviendo en Bélgica con su pareja, con quien trabaja y viaja.

 

“Hemos trabajado en Francia, Alemania, Luxemburgo, Bélgica, Italia y España. El año pasado fuimos al festival de Moscú, donde sacamos premio de plata. Estuvimos dos años en Buenos Aires, en el circo Ánima de Flavio Mendoza; y ahora estamos en Chile, en el Circo Pastelito, el más grande del país. Este año participamos en America’s Got Talent en Estados Unidos”.

 

Lejos de su tierra

 

“Estar lejos de la familia y amigos es difícil, esa necesidad de estar con los nuestros es fuerte. Pero viajar por pasión y crecimiento no es lo mismo que migrar por necesidad. Mi vida ha sido como una película llena de milagros que son fruto de trabajo y constancia”, afirma la paranaense.

 

Sobre Paraná, reconoce que siempre hubo que empujar para crear espacios para el circo. “Creamos el primer festival, talleres y compañías porque había que hacerlo, no estaba todo dado. Los obstáculos existen para que uno evolucione”, afirma.

 

Con humildad, señala: “Me siento privilegiada por las experiencias y la gente que me hizo crecer. Mi vida, con caos y armonía, ha sido buena y me siento afortunada”.

 

El impulso no se detiene. “Siempre fui inquieta, intentando aprender y sumar herramientas para cumplir mis sueños”. Y agrega: “No busco conquistar el mundo, sino hacer lo que amo, amar y vibrar con la gente. Me siento realizada y segura de que este es mi camino”.

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1162, del día 24 de julio de 2025)

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