
El seleccionado masculino argentino de handball perdió por 26-25 frente a Serbia en el último compromiso de la segunda fase del Mundial de Suecia y se quedó con las ganas de meterse entre los diez mejores. No obstante, el elenco nacional dejó otra muy buena imagen y el jueves jugará frente a Alemania en búsqueda del undécimo puesto.
El arranque del equipo argentino estuvo cargado de ilusión y la ansiedad se pudo plasmar positivamente en los primeros cinco minutos. La aceitada defensa, con un Matías Schulz impecable, y el filoso contragolpe explicaron el 2-0 inicial. Pero Serbia reaccionó y emparejó el duelo con su reconocida potencia.
Con el correr del periodo inicial, Argentina comenzó a perder pelotas ingenuamente y quedó 7-4 abajo con un dejo de desconcierto. Aun, envueltos en un peligroso desorden, los dirigidos por Gallardo fueron al frente y achicaron la brecha. El primer capítulo terminó 15-13 a favor de los serbios.
Entre sus virtudes, Argentina siempre exhibe una importante capacidad de resurrección. Y ese atributo volvió a quedar a la vista en el arranque del segundo tiempo, cuando el marcador se dio vuelta y quedó 17-16. Los tantos de Federico Fernández y Andrés Kogovsek y las atajadas de Schulz se destacaron en el marco de un elenco parejo y solidario.
La intensidad del encuentro no dio tregua y el estadio sueco no dejó de vibrar. Serbia rompió la sequía y volvió arriba 18-17 con un penal, pero Argentina se tomó venganza rápido y quedó 21-19 poco después, TyC Sports.
Las diferencias se achicaron una vez más y el drama se estiró en cada ataque. El ímpetu nacional no se apagó nunca y el empate estuvo al alcance de la mano. Más allá del 26-25 final que dejó amargura, el talento y el esfuerzo de la Selección ya se ganó toneladas de aplausos.