Por Hugo Remedi
Especial para ANÁLISIS
“Ahora te quiero ver” (...mascarita se decía en la historia) equipo de dirigentes sindicales docentes que en su momento no tan lejano decidieron claudicar la lucha por la necesidad de la reparación a cambio de promesas de un gobierno provincial, que al entender de los halcones, los traicionó.
En efecto, la sorpresa mutó en total frustración y odio cuando los docentes empezaron a hacerse de los recibos de sueldos mutilados por los descuentos que le propinó el gobierno de Rogelio Frigerio en los haberes de este noviembre que se están cobrando.
Lo que no queda claro aún, es que, si en la agenda de mediación y posterior firma del acuerdo entre ambas partes estuvo tocado el remanido tema de los descuentos siempre irrenunciable en cualquier negociación en paritarias producto de días de paro o los dirigentes de Agmer no le contaron toda la verdad a sus adherentes. O visto de otro modo, si, el congreso que avaló aquel acuerdo sabía que venían descuentos y sus afiliados no.
Los motivos que tenían los docentes para guerrear con el gobierno jamás caducaron. Pero quizás, en un momento de flaqueza fueron seducidos a cesar las hostilidades para llegar a un punto medio que permitiera, sin cambiar demasiado la situación de fondo, no dejar heridos a vista de la conducción gremial docente. Fue en ese preciso momento en el que el gobierno respiró y amplió ínfulas en la contienda.
De ese modo y a conveniencia del gobierno triunfó la fumata blanca con docentes aceptando con resignación comenzar a recuperarse de las heridas de la batalla que incluyó 20 jornadas de paro durante 2024, pero merituado finalmente no llegar a perderlo todo. Sobre todo cuando la resistencia empezó a crujir en sus cimientos y a correr el serio riesgo de quedar absolutamente debilitados frente al gobierno de Frigerio y hacer peligrar posiciones de fuerza frente a situaciones de lucha que se presenten a futuro.
Se torna confuso entonces para los docentes, si esto que iba a suceder con la limada de sueldos es una verdadera sorpresa o los dirigentes ocultaron la realidad para terminar este capítulo de la lucha condicionado por un marco de acción limitado pero costoso a lo Pirro.
En este congreso que convocó Agmer para mañana deberán dar explicaciones del caso a sus afiliados fundamentalmente pero también al mundo exterior para descubrir entonces quien mintió o traicionó o si hubo una falla de cálculo de las liquidaciones de haberes.
Está claro que operativamente para Frigerio no es tan complejo resarcir el ataque a sus haberes que denuncian ya que esa plata está presupuestada y a mano.
El gran tema es saber si el gobierno provincial con esta medida no quiere hacer tronar el escarmiento y de ese modo aplacar potenciales belicosidades a futuro, sobre todo de cara al 2025 donde habrá una parada electoral.
Paradójicamente, de golpe, resucita el gobierno provincial desde un escenario donde luce victoriosamente posicionado con las luces del conflicto docente apagado, como el victimario de un acuerdo que pareciera haberse roto en mil pedazos.
Hoy, en el congreso se multiplicarán seguramente los pedidos de explicaciones sobre lo que verdaderamente se acordó. Sin embargo, seguramente no redundarán en ningún tipo de medidas concretas por que en modo inminente termina el año escolar. Salvo que la bronca ya comience a germinar de cara al 2025.
El año escolar terminas finalmente sin los 190 días de clase que prometió Frigerio y con los docentes en pie de guerra con la patronal… y con mucho ruido interno.
Después de todo, cuando se arrepiente un pecador hay fiesta en la parroquia.