
El grave suceso acontecido en Concepción del Uruguay que le costó la vida a una persona, está llevando a los vecinos a tomar conciencia de la peligrosidad de los artefactos explosivos. Esto quedó demostrado en horas de la tarde de ayer, cuando un hombre de apellido Pereyra, domiciliado en calle Alberdi al 1600 de Concepción del Uruguay, llamó al Cuartel de Bomberos y comunicó que en su casa tenía una bomba. Una vez en el lugar, los servidores públicos encontraron una ojiva antitanque de uno 40 años de antigüedad, la cual no tenía el detonador, pero sí su carga explosiva, que según se informó estaba inerte.
De igual manera el elemento fue secuestrado y llevado al Cuartel. Lo sucedido fue bien visto por las autoridades de la fuerza de seguridad, ya que –como lo solicitaran las autoridades policiales– es necesario que toda situación de peligro sea contemplada y comunicada.
Ante esto el jefe del Batallón de Ingenieros Blindado II, teniente coronel Roberto Arnaiz, informó que con certeza estos proyectiles no son utilizados en la zona desde hace más de una década. En diálogo con Uno destacó que lo sucedido, más allá de las responsabilidades, no deja de ser verdaderamente doloroso y lamentable.
De acuerdo a las pericias realizadas en el lugar donde muriera el joven Jesús Domínguez, de quien trascendió que tenía 20 años pero confirmándose ayer que sólo tenía 17, se determinó que el artefacto detonado accidentalmente sería un proyectil antitanque denominado PDEF 40, con poder destructivo en un radio aproximado a los 15 metros, el cual es lanzado con fusiles FAL. La ojiva está compuesta por 150 gramos de TNT, exógeno y una cámara hueca que le da mayor poder destructivo.
Este tipo de explosivos no se usan en el Batallón de Concepción del Uruguay desde los años 90, pero se desconoce si en la zona sur de la ciudad, sobre orillas del arroyo La China, puedan existir otros similares. Por esta razón, el jefe del Batallón indicó que están plenamente dispuestos a colaborar con la Policía de Entre Ríos para realizar rastrillajes con equipamiento especial, siempre que esto sea solicitado por los canales correspondientes, ya que ellos dependen de la Justicia federal.
“Respecto del tratamiento de estos proyectiles, le puedo decir que tenemos normas claras a las que tenemos que ajustarnos. Cada vez que se emplean elementos de alta peligrosidad, se debe obrar con suma precaución y finalizadas las maniobras se debe destruir lo que pueda quedar”.
Por su parte el jefe de la Jefatura Departamental Uruguay, Valentín Butazzoni, indicó que “tras lo sucedido, la idea es hacer una recorrida de los lugares donde pudieron haber transitado las víctimas de tan lamentable incidente y donde supuestamente pudieron encontrar el artefacto explosivo, que según los dichos de vecinos abundarían en ese sector. Se buscaría en zonas de lagunas y terrenos secos, teniéndose previsto trabajar con bombas de desagote y luego pasar detectores. El trabajo será arduo, ya que el terreno es extenso y se necesitará de colaboración funcional que puede ser del Ejército u otros idóneos que cuenten con los elementos y experiencia apropiados.
En cuanto a las derivaciones del suceso, Butazzoni opinó que es temprano el análisis de las perspectivas del caso, debiéndose determinar el origen del material, si es de fabricación estatal y en todo caso cuál es la responsabilidad que pueda existir en la transmisión o entrega de esos bienes.