
Unas 50 familias de la zona de Ñancay, Departamento Islas, se encuentran prácticamente aisladas por el mal estado de los caminos, debido a la crecida del arroyo a principio de este mes y las constantes lluvias que azotaron la zona. “Parece mentira que en la era de la tecnología de avanzada, ocurra esta emergencia”, dijeron Ramón Isaías y Mario Hornos, habitantes de la zona. Crece la preocupación de que comiencen a aparecer casos de leptospirosis o cualquier virus post-inundación y no puedan recibir ayuda o salir para ir hasta un centro hospitalario.
La única forma de poder acceder a la Ruta 14, es recorriendo los 20 kilómetros de camino de tierra que la separa, a caballo o en tractor. Algunos productores intentan salir con sus camionetas con el motor encendido y tirados por caballos.
Ramón Isaías y Mario Hornos, son habitantes de la zona contaron a El Argentino para acercar un comunicado de los vecinos afectados. “Parece mentira que en la era de la tecnología de avanzada, ocurra esta emergencia”, agrega la nota.
“Ya es conocido que estuvimos y estamos inundados, nadie que no lo haya vivido sabe de la incertidumbre, la angustia, la impotencia y desesperación que se llega a sentir en esta situación, al ver que el agua baja lentamente y no se sabe cuándo todo volverá a la normalidad”, contaron los vecinos.
La Zonal de Vialidad de Islas, a quien le corresponde el mantenimiento de ese camino, estuvo tratando de mejorar esta trama vial, pero con las lluvias subsiguientes y la inundación en Paranacito, la maquinaria tuvo que trasladarse a esa ciudad para prestar ayuda a Defensa Civil. Sin el mantenimiento adecuado los vecinos del Ñancay quedaron sin su vital acceso a la Ruta 14.
“Nuestra inquietud es que estamos aislados, hemos llamado a Vialidad Provincial, a la Municipalidad de Paranacito, a Ceibas y a los canales de televisión. Pero como hay muy pocos votos -250 a 300- la atención de los políticos está en otro lugar donde son más los votantes”, se quejaron.
En ese escenario, “podemos salir únicamente a caballo hasta alcanzar la ruta, porque el camino a Ñancay todavía está bajo agua y la otra salida que tenemos es por Ceibas, pero también ese camino está completamente intransitable para cualquier vehículo”.
La preocupación de los lugareños que estuvieron en contacto con el agua de la inundación, es que comiencen a aparecer casos de leptospirosis o cualquier virus post-inundación y no puedan recibir ayuda o salir para ir hasta un centro hospitalario.