El entrerriano Paolo Goltz, de cabeza, abrió la cuenta para el Granate cuando se jugaban 24 minutos del primer tiempo. Hasta entonces, la pelota se la repartían y las situaciones no abundaban. Lanús alcanzaba la diferencia en el primer tiempo y se acercaba a la victoria que no conseguía desde sexta fecha del torneo cuando goleó a Argentinos como visitante por 4-0.
Pero a partir de ese gol, el Tomba comenzó a crecer. Y aunque se fue al entretiempo con la desventaja, al complemento decidido. A los tres minutos, otra pelota parada iba a terminar en gol. Un tiro de esquina desde la derecha, llegó al área de Lanús y Olmedo sacó un cabezazo que, tras un desvío clave en Pizarro, se metió en el arco de Agustín Marchesin.
Y el conjunto mendocino no se dio por conforme con la igualdad y fue por más. Encontró en el panameño Armando Cooper el arma para atacar por la derecha y aunque siempre lo buscó a Rubén Ramírez, nunca logró dejarlo con una chance clara de gol para ganar el partido.
Schurrer, que no venía acertando con los cambios, esta vez mandó a la cancha a los delanteros que tenía en el banco de los suplentes y el equipo dio vuelta el trámite. Entraron Silvio Romero y Leandro Díaz, además de Mauricio Pereyra y se fueron Pizarro, Diego Valeri y Mariano Pavone.
Después de arrinconar al Tomba en su campo, Lanús iba a tener el gol del desahogo. Mario Regueiro quedó con el arco enfrente, levantó la cabeza y definió como sabe. Gol y 2-1 para el Granate, que ya no recordaba lo que era ganar, da cuenta Clarín.