Boca llega al Superclásico con apenas nueve puntos, muy lejos de los primeros puestos y con una racha adversa que incluye 10 fechas sin ganar, desde que superó agónicamente a Quilmes (3-2) en la jornada inicial. Después de esa victoria sobrevinieron seis empates y cuatro derrotas que diseñaron la peor racha del club en torneos cortos.
River es la contracara ya que está en la pelea directa por el título junto a Newell’s y Lanús, y lleva una racha de cinco partidos sin derrotas, con tres triunfos y dos empates, el último la semana pasada en el estadio Monumental ante Quilmes (1-1).
El equipo dirigido por Carlos Bianchi, superó el miércoles último a Corinthians por 1-0 en La Boca en el partido de ida de los octavos de final de la Libertadores, y volverá a jugar ante los brasileños el 15 de mayo.
Ese compromiso es el gran objetivo de Boca, que prioriza la Copa en parte por su historia y también por la mala campaña a nivel doméstico, más allá de su participación en la Copa Argentina, con un triunfo holgado sobre Excursionistas (4-0) que no alcanzó para maquillar su flojo inicio de año.
En ese contexto, el Virrey cuidará a algunos futbolistas que padecen problemas físicos y exigirá a otros. Boca incluirá al arquero Agustín Orión, la figura del equipo en el primer segmento del año, a Guillermo Burdisso en la defensa, Pablo Ledesma y Walter Erviti en el mediocampo, y arriba al tándem integrado por Lautaro Acosta y Santiago Silva, todos con experiencias anteriores en el encuentro más importante del fútbol argentino.
En tanto, jugarán su primer Superclásico los laterales Leandro Marín y Nahuel Zárate, el cordobés Federico Bravo, entre otros.
En River, Ramón Díaz sabe que un triunfo potenciará el ánimo del plantel en la recta final del torneo y también será importante para los hinchas, ya que de no conseguir el título al menos se habrán dado el gusto de ganarle a Boca. El regreso del mediocampista Leonardo Ponzio, en lugar de Ariel Rojas, será la única variante que hará el riojano.
Además el DT decidió ratificar a la dupla ofensiva compuesta por Juan Manuel Iturbe y Rogelio Funes Mori, quien se perdió un gol increíble ante Quilmes la semana pasada.