La fundación Sahara nació en 2000 en Concordia, como resultado de muchos años de trabajo solidario en distintas ramas sociales y empresarias, y su actividad principal se basa en la beneficencia y asistencia social. En este contexto, intentan impulsar un proyecto que permita entregas masivas y gratuitas de crotoxina a los enfermos de cáncer que se encuentran en situación de pobreza estructural. Al respecto, la presidenta de la institución, Alia Kueider, consideró que “es muy difícil, y muchas veces imposible” conseguir el medicamento, por lo cual “trabajamos incansablemente para adquirirla teniendo en cuenta que es uno de los pocos medicamentos no convencionales que en ciertas etapas del cáncer es absolutamente efectivo”.
La fundación entrerriana, que también brinda educación artística, gremial, empresaria y cultural, obtuvo personería Jurídica por resolución Nº 294 (DIPJ), Expediente Nº 469, y actualmente funciona en calle Las Heras 327.
En este sentido, el secretario de la fundación, Carlos Berta, explicó que mediante el programa la institución realiza tratativas para conseguir una subvención y la aprobación del gobierno nacional de la crotoxina para pacientes con determinadas características. “Estamos tratando con el ministro de Salud y Ambiente de la Nación Gines González García, queremos lograr una línea de subsidios para ser aplicados a esto”, dijo el entrevistado y explicó que hasta el momento las entregas han sido esporádicas.
Además, señaló que han conseguido diferentes remedios para el cáncer traídos desde Estados Unidos. Por otra parte, Berta hizo mención a otro proyecto que impulsan desde la fundación en conjunto con la Colectividad Árabe de Concordia y la empresa Campos Los Yuqueríes.
“Se está tratando de concretar un proyecto denominado Ladeco, que consiste en la fabricación de un ladrillo ecológico revolucionario, técnicamente mejor que cualquier otro parecido o semejante que exista en el mercado, con un costo casi el 50 por ciento más barato de lo conocido. Este proyecto tiene determinada una absorción de mano de obra no calificada de más de 600 personas”, explicó el entrevistado en declaraciones al diario Uno.
Como parte de las actividades, la fundación asiste cotidianamente a comedores infantiles y de ancianos, algunos en forma directa en barrio El Arenal y en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Concordia, acercando comestibles y medicamentos básicos.
“Nuestra institución se financia anónimamente mediante empresas y particulares”, especificó la presidenta de Sahara. No obstante, los entrevistados manifestaron que necesitan un equipo de computación con una impresora para lograr la edición de una revista mensual.