En su programa semanal, subrayó que la política exterior de su gobierno, en especial con los países cuyos ciudadanos buscan descansar en las playas uruguayas, busca “defender los miles de puestos de trabajo que están conectados a la vigencia del fenómeno del turismo”.
“Es la más fenomenal de todas las exportaciones que puede hacer Uruguay: la actividad turística y la vertiente inmobiliaria que tanto tiene que ver con el auge de la construcción”, agregó.
“El gobierno no improvisa con respecto a esto. Es más, empezamos a trabajar dos años antes de asumir este gobierno, porque había que abrir ese puente que es un tapón y había que generar vínculos que favorecieran a esa tendencia natural del pueblo argentino”, expresó el presidente sobre la relación actual sobre Argentina.
Y pese a que “hoy todos sabemos que Argentina ha adoptado una política interior que nos gustará o no. Pero es su política democrática, de su gobierno elegido. Que tiene un proteccionismo y que tranca el intercambio comercial”, dijo el mandatario uruguayo. Asimismo, afirmó que “cómo gobierno no hay derecho a sacarse la bronca y adoptar actitudes que afecten a miles de personas”.
El mandatario puso el ejemplo la tensión diplomática generada tras las declaraciones del presidente francés Nicolás Sarkozy en noviembre, y el trasfondo político regional que había en esos dichos, consignó El País.
“No salimos a buscar aliados en la región. Fuimos a buscarlos a México. En vez de declaraciones aireadas de solidaridad, preferimos la estrategia de la aproximación indirecta porque no necesitábamos reproches, necesitábamos solidaridad. Y después de México, se unió Brasil y luego Argentina”, explicó en cuánto a la estrategia utilizada en ese momento por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Y ahora, con respecto a las medidas argentinas “se nos pide que le declaremos la guerra, pero no vamos a poner el riesgo y matar la gallina de los huevos de oro que se llama turismo”, sentenció.