Desde ayer viajar en remise en Paraná es un 12 por ciento más caro: la tarifa mínima que estaba en 1,80 pesos pasó ahora a costar dos pesos. La modificación, según las empresas, obedece a las variaciones operadas en los costos fijos que se registraron a lo largo de este año, como los repuestos de autos que treparon un 30 por ciento.

Se trata del segundo incremento que se produce en este servicio diferencial: hace 10 meses los empresarios ya habían aplicado otra suba, del 20 por ciento, al llegar el viaje mínimo de 1,50 pesos a 1,80 pesos. Aunque según afirmó Carlos Consolini, titular de la Cámara de Empresas de Remise, “la tarifa todavía no ha conseguido seguir el mismo ritmo que los costos fijos y la inflación”.

Al respecto, Consolini destacó que desde 2001 el costo de viajar en remise en Paraná sólo aumentó un 65 por ciento, mientras que “el resto de los precios aumentaron más de 300 por ciento. Por eso digo que siempre estamos quedando atrás, con una tarifa muy desfasada. Nosotros no le encontramos explicación a esta suba que hubo ahora de los repuestos, pero de alguna forma tenemos que absorvelo”.

Según El Diario, la suba del 12 por ciento que desde ayer rige en la tarifa de los remises consigue superar el índice de inflación proyectado para todo el año, que se ubicaría en torno al 10 u 11 por ciento. Así, este servicio sigue la misma curva ascendente que otros rubros de la economía, en los que en los primeros ocho meses del año se observa un aumento mayor al del resto que componen la canasta básica.

Al respecto, según datos que se conocieron ayer, los gastos de vivienda, por ejemplo, se incrementaron un 14,6 por ciento, y los de educación, un 12,3 por ciento, mientras que la inflación promedio fue del 7,7 por ciento. De la misma forma, los alimentos subieron entre enero y agosto un 9,4 por ciento, muy por encima del índice de inflación promedio. A eso, los remiseros le añaden otro ítem, el GNC (gas natural comprimido), que pasó de 0,72 a 0,86 pesos.

En ese marco, el titular de la Cámara de Remises dijo que en el sector han resuelto “recuperar el nivel de la tarifa en forma escalonada. Quizá los colegas a veces no entienden esa postura, y quieren que las subas se apliquen de una sola vez. Pero para evitar un impacto negativo, hay que hacerlo de a poco”.

El aumento se dio en forma unilateral, sin intervención del Municipio. De acuerdo a la reglamentación vigente en la ciudad, los remises tienen tarifa “liberada” a diferencia de los taxis, que está “regulada” por lo cual sólo pueden aplicar aumentos mediante una ordenanza municipal que así lo determine. Aunque los remises son los que dominan el mercado: del total de vehículos de alquiler que existen en Paraná, representan el 63 por ciento, mientras que los taxis constituyen el 37 por ciento restante.

Los datos que maneja el gobierno de la ciudad dan cuenta que en Paraná existen 780 unidades de remises —650 habilitados y 130 ilegales— y 460 taxis —380 habilitados y 80 ilegales—, que en total suman 1.280 unidades. Aunque la pretensión del Municipio es bajar ese número a, por lo menos, 980 autos para alcanzar la relación aconsejada entre cantidad de vehículos y número de habitantes.

En ese esquema, la idea es reducir el número de remises a 392 unidades, y elevar el número de taxis a 588. Del achique del primer sector (258 autos) se prevé el paso de 208 al taxi. Los 50 vehículos restantes de esa ecuación, más 210 unidades que funcionan como ilegales en ambas actividades, quedarán fuera del sistema, según consigna un proyecto que dio a conocer la Municipalidad. Aunque desde el sector de remises están pidiendo una transformación más de fondo, que es la modificación de la ordenanza que regula ese servicio, la 7.635.

De ese modo, dicen, se podría superar el conflicto suscitado con los inspectores que multan, entre otras infracciones, la toma de pasajeros en la vía pública. Por esa situación y tasas adeudadas, las empresas de remises cargan con una deuda a pagar a la Municipalidad de 2,8 millones de pesos que todavía no saben cómo saldar.