
La disputa por la herencia de Beatriz Sarlo dio un nuevo giro en las últimas horas. El centro de atención es un presunto testamento ológrafo presentado por Melanio Alberto Meza López, encargado del edificio donde vivía la ensayista, quien afirmó ser el heredero legítimo tanto del departamento donde residía Sarlo como de su gata Niní. La polémica se profundizó con la incorporación de una pericia caligráfica, cuyos resultados ya están en manos de la Justicia, aunque por el momento no se hicieron públicos.
La situación se volvió pública semanas atrás, cuando Meza López sostuvo que Sarlo había dejado instrucciones escritas de su puño y letra, donde lo designaba como responsable de su vivienda y del cuidado del animal. El primer escrito presentado ante el juzgado señala: "Yo, Beatriz Sarlo, quiero dejar certificada mi voluntad de que en caso de mi desaparición u otro accidente, mi gata Nini deberá quedar a cargo de Alberto Meza".
Un segundo manuscrito, fechado en agosto de 2024, refuerza esa intención al expresar: "Alberto Meza quedó a cargo de mi departamento después de mi muerte. Y también quedó a cargo de mi gata Nini, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo".
Ambos documentos fueron sometidos a análisis en una pericia caligráfica que buscó cotejar la letra de Sarlo con otras muestras de su escritura, además de evaluar posibles indicadores de su estado anímico y cognitivo al momento de redactarlos. En este punto, se citó también a personas del entorno cercano de la ensayista, con el objetivo de aportar datos sobre su lucidez durante el último año de vida. Aunque varias voces allegadas reconocen similitudes con su caligrafía, también señalaron la posibilidad de distintas interpretaciones del contenido.
La jueza Cecilia Kandus, actualmente al frente del Juzgado Nacional Civil N°24, está a cargo del expediente. Sin embargo, la decisión de mantener en reserva los resultados de la pericia no fue suya, sino que obedeció a un pedido específico de Alberto Sato, exmarido de Sarlo, quien inició el proceso sucesorio en febrero de este año. Aunque no habían formalizado su separación, la relación entre ambos había terminado hace más de cinco décadas. Inicialmente, el juez Carlos Goggi había dejado fuera del reclamo a Sato por ese motivo. Sin embargo, tras una apelación, la Sala E de la Cámara Civil lo reincorporó al proceso. Más tarde, Goggi fue apartado de la causa, y el expediente pasó a manos de Kandus.
La complejidad del caso está en determinar si el documento fue escrito por Sarlo y en definir qué peso jurídico tiene el texto en cuestión. Las frases "quedás a cargo" o "te aprecio y valoro" no constituyen necesariamente una cesión formal de bienes, según expresaron los profesionales. Por ello, una de las principales controversias que ahora deberá dirimir la Justicia es si se trató de un testamento válido o simplemente de una manifestación afectiva y de confianza sin validez legal en términos patrimoniales.
Hasta el momento, la única disposición efectiva conocida es que la gata Niní continúa al cuidado de Meza López. El futuro del departamento, en cambio, permanece en suspenso, a la espera de que la jueza Kandus defina el alcance de los documentos presentados y su validez testamentaria.