H. R.
La nave urribarrista se quedó con tres de los cuatro diputados nacionales, los 17 senadores provinciales y por lo pronto 19 de los 34 diputados provinciales, si es que prontamente no suma al rodeo a parte de la escudería del Frente Entrerriano Federal. Y además, también contará con 19 de las 31 intendencias de primera categoría de la provincia.
Con todo ese paquete bastaría para suponer una gestión navegando prácticamente en aguas calmas y sin oposición.
En democracia es grave, o quizás no tan bueno, vivir sin alguien que tenga la capacidad de mostrar un punto de vista diferente a quienes gobiernan. Por ejemplo, en el Senado provincial, compuesto por 17 referentes territoriales, no hay siquiera uno que en una peregrina ocasión pueda al menos levantar la mano para plantear alguna modesta disidencia, aunque sea en voz baja.
En la cámara baja, en tanto, la disparidad de fuerzas no es tan contundente pero sí desigual. El oficialismo tiene por lo pronto 19 diputados de los 34, el Frente Cívico y Social se quedó con siete, el peronismo disidente con seis y el GEN (Generación para un Encuentro Nacional) con dos.
Sin saber aún qué pasará con el Frente Entrerriano Federal, y sobre todo con su conductor principal, Jorge Busti -quien dice que recién se abrirá al debate después de las vacaciones del año entrante-, quedan en pie y a duras penas entonces un radicalismo diezmado y acaso algún que otro referente sea socialista o del GEN. Ni el Pro (Propuesta Republicana) se salvó de la lavandina electoral.
En general, cuando estas hegemonías emergen con tanta contundencia, es el propio oficialismo de turno el que se encarga de autoimponerse su propia oposición interna. En estos horas, por ejemplo, el justicialismo ya abrió un frente de debate a partir de comenzar a considerar el retorno a la estructura oficial del partido de los peronistas que se fueron a conformar el peronismo disidente de Busti.
El conflicto comenzó y basta, y quizás sin necesidad alguna por lo pronto. Sin embargo, el gobernador fue por demás de claro en una de sus primeras declaraciones tras haber sido reelegido en la elección del 23 de octubre, cuando afirmó que “en el peronismo están todos los que tienen que estar", es decir que para el mandatario el resto no existe.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)