Por Mariano Obarrio (LA NACION)
El ala moderada resiste la presión. Quiere reciclar el modelo en 2015 a través del gobernador bonaerense, Daniel Scioli. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quedó como abanderado de esta causa: perdería hasta su cargo con Urribarri. "Está que trina con Zannini", confiaron altas fuentes a LA NACION. Cualquier cambio de gabinete y de políticas será luego de las elecciones legislativas del domingo próximo.
Quienes lo acompañan en esa mirada en la Casa Rosada son los ministros Florencio Randazzo (Interior), Julio De Vido (Planificación), Hernán Lorenzino (Economía), Carlos Tomada (Trabajo), Julio Alak (Justicia), el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Amado Boudou, y el director de la Anses, Diego Bossio, entre otros.
En la semana retumbaron tambores de guerra. Scioli almorzó el miércoles con Abal Medina en Balcarce 50 y hablaron de la campaña. Por la tarde fue a Mar del Plata con un discurso "racional" ante empresarios del Coloquio de IDEA: admitió que la inflación es un tema pendiente y se metió en la agenda nacional. Ni el candidato a diputado del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, ocupó ese espacio de IDEA.
Al día siguiente, Scioli se convirtió en protagonista del Día de la Lealtad Peronista. Encabezó actos en Avellaneda, Tecnópolis, Quilmes y Santa Fe. Hizo una fuerte reivindicación del "liderazgo de Cristina". Como figura nacional, eclipsó a la del propio jefe interino, Boudou.
Por separado, La Cámpora organizó en Plaza de Mayo su propio acto del Día de la Lealtad. Y apoyó a Zannini en su plan para que Urribarri reemplace a Abal Medina con el fin de ajustar la gestión tras la segura derrota del 27 y con Cristina a "media máquina". Zannini avaló al vicegobernador de Entre Ríos, José Cáceres, mano derecha de Urribarri, para que blanqueara las aspiraciones de su gobernador. "Si se convirtiera en jefe de Gabinete se estaría dando una señal para que lo conozca el país y vean sus virtudes", dijo a LA NACION. Urribarri se sienta desde hace algún tiempo a la mesa chica de Zannini y Cristina en Olivos.
Zannini, Kicillof, Moreno y La Cámpora saben que no tienen futuro en un gobierno de Scioli y se oponen a la apertura hacia los mercados que promueven los moderados.
¿Profundizar el modelo o dar un giro "pro mercado"? Es otra pelea. Todos esperan la definición de la Presidenta. Pero no llegará mientras dure su obligado retiro por su operación de hematoma intracraneal.
Lorenzino, Boudou y Bossio apoyan los acuerdos con el Banco Mundial, el Ciadi, el FMI, Repsol y el Club de París para recuperar el crédito externo. Además, proponen mejorar la relación con EE.UU. para negociar mejor con los fondos buitre, aliviar el déficit, las reservas del Banco Central y reducir la inflación. Pero Zannini y Kicillof promueven profundizar el modelo y le bajaron el perfil al acuerdo con el Ciadi.
"¿Urribarri nos mostrará sus virtudes? Es un inútil, despreciado por los gobernadores por obsecuente", dijo una fuente del ala moderada. Esa discusión continuará mañana en la Casa Rosada. Los gobernadores apoyan a Scioli en su mayoría. "Los peronistas queremos ganar. Urribarri no tiene votos", dicen.
Algunos ministros, hoy sciolistas, podrían mirar en el futuro a Sergio Massa. El candidato a diputado del Frente Renovador también adelantó la pelea: se mostró junto al senador Carlos Reutemann y al ex ministro de Economía Roberto Lavagna. Según sus allegados, Massa no irá a las primarias del PJ en 2015 como propuso Scioli. Pretende enfrentarlo en una segunda vuelta con votos radicales e independientes.
El ala moderada teme una operación de Zannini y La Cámpora para que Urribarri divida el voto peronista en 2015 y haga perder a Scioli.
El cristinismo conservaría así una gran cuota de poder como oposición a un futuro gobierno de otra alianza política rival que encare un "ajuste neoliberal". La sociedad pediría el regreso del kirchnerismo en 2019, imaginan. Pero el ala racional todavía apuesta a reciclarse con Scioli en el turno que viene.
Domínguez por Cristina en Panamá
Ni Amado Boudou ni Beatriz Rojkés de Alperovich. El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, participó ayer de la XXIII Cumbre Iberoamericana, que se realizó en Panamá y en la que reemplazó a Cristina Kirchner, que se recupera de la operación a la que fue sometida hace 12 días.
Ante los mandatarios de la región y de la Península Ibérica, Domínguez pidió "redefinir el espacio iberoamericano con reformas que permitan avanzar hacia una nueva arquitectura financiera internacional".
Además, reiteró el reclamo por la soberanía de las islas Malvinas. "No habrá justicia ni paz hasta tanto los países que integran la ONU cumplan todas sus resoluciones", dijo en alusión a Gran Bretaña.