El pase del atacante nacido en Gualeguay, Joaquín Larrivey, originó un foco de conflicto en Huracán de Parque Patricios. En principio, la venta del delantero entrerriano al Cagliari de Italia no resultó sencilla porque ambas entidades no se ponían de acuerdo en las cifras de la operación. Al cerrarse el acuerdo, el jugador solo tuvo que sumarse a la institución que milita en la Segunda de su país, aunque por estos pagos surgieron inconvenientes con el juez que maneja la quiebra del Globo: dice que se enteró "por Internet" de la venta del Bati. Y quiere más plata.
Desde el juzgado le enviaron en carácter de urgente una carta al club que solicita precisiones respecto a la transferencia del goleador al Cagliari italiano. Eduardo Malde, el juez que interviene en la quiebra del Globo, subraya que se enteró "por Internet" que Larrivey había jugado un amistoso en su nuevo equipo (2-0 al Padova con dos del Bati), y que Huracán nunca le advirtió del traspaso del jugador.
Es que la venta de Larry a un grupo empresario por 800.000 dólares hace poco menos de un año nunca fue aprobada por el juzgado, y en Parque Patricios ya utilizaron el dinero para pagar progresivamente el contrato del plantel durante la temporada pasada.
Ahora al juez le parece escasa la suma por la que se vendió al goleador (el grupo que lo compró ya lo negoció en más de 1.500.000 euros). Los dirigentes Quemeros argumentan que el juez ya sabía todo, y que ahora "habla con el diario del lunes, cuando el Bati tiene una cotización mucho mayor", dijeron en comunicación con Olé.
Huracán en un principio había cobrado parte de los 800.000 dólares, asegurándole al grupo un jugador a elección, que en diciembre fue Larrivey, que ya pintaba como el hombre más redituable del club. Suena imposible que el punta vuelva, porque en ese caso quedaría libre dentro de seis meses, con lo cual al club le quedaría una deuda cercana al millón de dólares.