En una declaración escrita al Parlamento, publicada hoy por la agencia DPA, Hague dijo que el Reino Unido estaba "contento" con la decisión de Brasil, Chile y Uruguay de permitir a los barcos de las islas ingresar en sus puertos, "siempre y cuando porten otra bandera nacional o la enseña roja", la bandera comercial del Reino Unido.
Sin embargo, criticó a Paraguay y a la Argentina por negarse a permitir el ingreso de barcos de las Malvinas a sus puertos justo antes de Navidad, diciendo que su comportamiento fue "contradictorio" con los principios de la Carta de Naciones Unidas.
La respuesta del Gobierno no se hizo esperar. La Cancillería argentina emitió un comunicado con su lectura: para Timerman, Gran Bretaña reconoció con su declaración que "ningún barco podrá ingresar a los puertos del Mercosur enarbolando la bandera ilegal de Malvinas" y aseguró que "quedó firme que los barcos que usaban el ilegítimo pabellón deberán reemplazarlo".
Luego, en un segundo comunicado, informó que el canciller se comunicó con sus pares de Brasil, Chile y Uruguay (Antonio Patriota, Alfredo Moreno y Luis Almagro) quienes, aseguró, "confirmaron que sus respectivos gobiernos no habían modificado su posición".
En tanto, refutó la expresión de Hague de calificar a las gestiones diplomáticas argentinas como un "bloqueo comercial". "Dichas acciones se encuadran en la defensa de los recursos naturales renovables y no renovables que pertenecen al pueblo argentino tal como lo reconocen, entre otros países, todas las naciones de la región", aseguró la Cancillería argentina.