
Los ajustes afectarán en promedio a casi un 60 por ciento de los combustibles que se venden en todo el país. Sucede que YPF tiene un 53 por ciento del mercado de naftas (entre super y premium), seguida por Shell, con casi un 17 por ciento; Esso, con 13,5 por ciento y la brasileña Petrobras, con 12,2 por ciento, de acuerdo con números oficiales a marzo. La ex empresa estatal, en tanto, cuenta con un 57,3% del mercado total de gasoil.
Esso, por caso, aplicó entre el 20 y el 25 de abril subas del 1,1 por ciento para la super; 0,4 por ciento para la premium y 2,4 por ciento para el gasoil, como informó El Cronista. Mientras que la filial local de la petrolera brasileña subió 2,9 por ciento su nafta súper; 0,2 por ciento la premium y 2,2 por ciento el gasoil.
YPF y Shell, en cambio, no siguieron esos movimientos. Entre las petroleras suelen esgrimir dos argumentos centrales a la hora de justificar las subas de precios: por un lado, el valor local de los combustibles está por debajo de sus referencias regionales e internacionales. Y señalan que si mantienen sus valores en surtidores por debajo de los de la competencia atraen más demanda de la que pueden abastecer, publicó DyN.