Daniel Enz
El legislador gualeyo Hernán Darío Vittulo (PJ-Gualeguay) proviene de una conocida familia en su ciudad. Hay quienes recuerdan que su madre, Olga Teresita Manzur, pertenecía a una rama adinerada y que con su marido, Hernán Gaspar Vittulo, siempre tuvieron un buen pasar. Don Hernán Gaspar fue un comerciante respetado y muy querido en la ciudad. Al fallecer, hace algo más de una década, dejó una herencia de tres propiedades a su mujer y sus tres hijos, Hernán Darío, Laura (radicada en Capital Federal) y Nora, quien reside en Gualeguay: una casa amplia en calle Sarmiento 167 -donde vive doña Olga-, un local ubicado exactamente a la vuelta, en calle Maipú, y una chacra fuera de la ciudad que jamás pudieron vender, pese a los intentos.
Hernán nunca se pudo recibir de agrimensor -después de deambular por Santa Fe y Buenos Aires-, pero demostró capacidad para hacer buenos negocios. Es más: sus amigos siempre lo definieron como “un hombre hábil, pícaro e inteligente” para tal menester. Con su primera esposa, Martha Elsa Patt -una reconocida arquitecta que no quiso involucrarse con la política- tuvo tres hijos: Hernán Ignacio, actual coordinador de Juntas de Gobierno del departamento Gualeguay; Juan Pablo, empleado del Casino, y María Paula, que cumple funciones en un centro laboral educativo de la ciudad. Obviamente, la mano del padre legislador fue determinante para los respectivos nombramientos, como suele suceder con buena parte de las familias políticas con porciones de poder en el Estado.
Negocios privados
A fines de la década del 80, Vittulo generó junto a otros socios la Manufacturera Gualeguay, pero luego decidió abrirse e instalar su propia peletera. “Llegó a ser uno de los principales productores de camperas de la provincia”, indicó un conocedor, mencionando además que era habitual verlo paseando en su flamante coupé Renault Fuego por las calles de la ciudad cuando nadie tenía un vehículo parecido. Hay quienes recuerdan que uno de los principales compradores era el conocido empresario artístico porteño Carlos Rottemberg, cuyo padre fabricaba ropa de cuero. Vittulo viajaba asiduamente a Capital Federal, donde tenía incluso un coqueto departamento. El ahora fallecido modelo Ante Garmaz era también uno de sus compradores de camperas. La empresa se llamaba Tannery Internacional y tenía sede en Gualeguay. Pero quebró y la cerró en 1998. Entre sus socios -aunque minoritarios- estaban Franco Santángelo y Alfredo Massoni, de fluidos contactos con el sector agropecuario de la zona. “Se quedó con mucha plata fresca”, recuerdan y hasta señalan que el hombre llegó a guardarse algo así como un millón de dólares. Nunca se supo bien qué destino le dio a ese dinero, el que, al parecer, en principio, habría sido depositado en bancos uruguayos. Otros indican que buena parte lo invirtió en su nueva vivienda. “Pero antes de ser diputado provincial, en el 2003, estaba muy mal económicamente; hasta tuvo que vender un campo que tenía en Corrientes, a los hermanos Pitón”, indicaron.
Separado de su primera esposa, Vittulo se unió a Carina Vanessa Parisi, contadora pública de Gualeguay, quien cumple funciones en el Poder Judicial de dicha ciudad y figura como propietaria de la casa donde reside la pareja, en calle número 16, zona de chacras. La joven Parisi trabajó en empresas de Capital Federal (Keranis SA e Ishihara Argentina SA), ingresó en el 2000 al municipio de Villaguay, pasó por una dependencia del Ministerio de Economía de la provincia en el 2006 y desde el 2007 está en la estructura judicial.
La fastuosa vivienda de los Vittulo es de las pocas que dispone de gas natural y estaría valuada en no menos de un millón de dólares. Cuenta con un amplio parque, varias habitaciones y baños, como así también salas de estar y una importante pileta de natación. Los vecinos de la zona reconocen que fue el legislador en persona quien hizo construir el camino de ripio para llegar sin problemas al lugar.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana, en un informe especial de tres páginas)