Pablo Javier Canavelli
Llegó a la mesa del bar donde se había pautado la entrevista unos 15 minutos tarde, porque no escuchó la alarma del despertador. Fresco, sonriente, con la mejor predisposición a pesar del contratiempo. Jairo Mío es un joven de 25 años que está terminando la carrera de Comunicación Social, enfrentando las dificultades que le presenta una jugada de la vida que lo llevó a no tener sus dos manos y portar cicatrices visibles en el cuerpo. Para él, eso parece no significar hoy ningún inconveniente. En ningún sentido.
La idea fue conversar sobre su primer puesto en el Regional de Stand Up, obtenido el fin de semana anterior, pero la verborragia de Jairo llevaron a este cronista a transitar la entrevista por los recovecos que fue dejando el entrevistado, tratando de retener datos para repreguntar más adelante, cuando el comediante se tomara un respiro.
Antes de preguntar nada, Jairo comenzó diciendo que en 2014, tenía un año más liviano de cursado en la carrera de Comunicación Social, “y siempre miré y me gustó el Stand Up, en todas las plataformas que podía; era algo que me encantaba ver como espectador. Y un día del 2014 cliqueé y dije: `creo que puedo hacer esto´. Ya venía escribiendo en un blog personal allá por el 2007, 2008, en mi último año de la secundaria, cosas que se me ocurrían, cosas graciosas algunas y otras no tanto, chistes cortos, cosas boludas. Y circulaban entre mis amigos. Y en las lecturas siempre me gustaron las humorísticas, si bien también he leído a Dolina y a Galeano, por ejemplo, que no son humorísticos, aumentan el bagaje cultural. Entonces, googlée por un curso de Stand Up por acá por la zona y no había nada. Encontré sí, en Buenos Aires. Pregunté, miré al profesor por youtube, Pablo Molinari, y dije `vamos a probar con esto´. Como tengo el pase de discapacitado por mis manos, no tenía que pagar el colectivo, entonces era tiempo nomás que perdía si era que estaba perdiendo algo. Y me dije: `si no lo hago ahora no lo hago nunca´.
—¿Cómo fueron esos comienzos?
—Iba todos los lunes a Buenos Aires. Salía de acá a las 7 de la mañana, llegaba a las 13, tenía un rato al pedo, a las 19 tenía curso, terminaba a las 22, comía algo y volvía a Retiro, porque a las 23.15 tenía colectivo para el regreso y llegaba como a las 6de la mañana del martes. Pero sobreviví.Después del curso, hicimos una muestra en el Teatro Moliere de San Telmo y después de ahí, cuando volví a Paraná, empecé a interiorizarme sobre la movida de acá y vi que no había show de Stand Up, sobre todo de gente local, sí de otras movidas de humor, de otras variantes del teatro y dije `habrá que crear estos espacios´. Como yo no soy productor, ni me lo voy a considerar nunca, un día dije `voy a hacer un show para mis amigos´. Como uno de ellos tenía un bar y yo ya tenía algunos textos escritos, en julio del año pasado hice el show como para unas 40 personas, a la gorra. Yo lo pensé como para 20 y fueron 40 o 50, entonces fue como que “guau, qué bueno”, muchos ni siquiera eran amigos, traté de hacerlo íntimo y se terminó ampliando la cosa. A partir de ahí me planteéhacer algo más, no sabía qué todavía. Así fue que gente amiga, en agosto del año pasado, más precisamenteAgustina Aguilar, me dice:`Mirá Jairo, voy a ir a Paraná para la Fiesta de Disfraces, ¿te copás con organizar algo para que actúe y de paso actúas vos también?”. Como te dije, yo no soy productor y menos un año atrás. Le pedí que me diera tiempo para ver qué inventaba, hablé con el dueño del bar La Copa, y bueno… me dijo `vamos a ver qué sale´. Cobré una entrada módica de 30 pesos anticipadas, volanteé en la peatonal, armé un evento en Facebook, lo difundí como pude, invité a un amigo que hace poesía oral, le pedí que se adaptara al stand up y el sábado, antes de la Fiesta de Disfraces, llenamos el bar La Copa.Metimos 130 personas, no entraba un alma más. Fue el Rotativo de Stand Up N°1. Ahí me di cuenta de que había un montón de gente que quería ver esto, porque había un montón de gente que no conocía. Y está buenísimo. Después al otro mes dije, `bueno vamos a ver si podemos repetir esto´, y traté de ver cómo podía hacer con los pasajes. Ahora por suerte estoy pudiendo equilibrar los costos, ya lo hacemos casi todos los meses y vamos por el número diez.
(Más información en la edición gráfica número 1031 de ANALISIS del 22 de octubre de 2015)