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Retomar las clases, luego del receso de invierno

Por Hugo Héctor Pais (*)

En pocos días más, educadores y estudiantes, retomarán las clases y ello nos motiva a reflexionar, en tiempos donde una crisis afecta a grandes sectores de la población, donde crece el temor y la duda sobre los resultados de medidas que están tocando a la clase media y a la más humilde, a cómo encarar las cosas en las escuelas. La institución educativa, una vez mas es centro de esperanza y contención.

Creo sinceramente, que es al docente al que se le pide la capacidad de contención, cosa que siempre lo he dicho, pero a él también hay que contenerlo, abrazarlo, para que sienta con capacidad de dar y brindar afecto.

Estimo sin lugar a dudas en la necesidad del desarrollo socio emotivo, aquel que es capaz de abrir en cada uno la posibilidad de la empatía y la resiliencia, que resultan estrategia valiosas a las horas de estar con los estudiantes, desafiándoles a crecer, ser y formar su proyecto existencial de vida.

En oportunidades me he referido a la violencia escolar, al flagelo de las drogas que atraviesa las puertas de las Escuelas, hoy quiero insistir en que se debe lograr un equilibrio emocional, lo cual conlleva lograr un bienestar emocional, y tener capacidad de manejar las emociones

Tener bienestar emocional  capacita para saber manejarse en la vida cotidiana y ver el mundo de forma positiva.

Permite:

• tener confianza para enfrentar los desafíos diarios,

• poseer más salud,

• aprovechar las oportunidades que se le ofrecen en el servicio

• disfrutar sanamente de la vida.

Tanto el docente, como los directivos, deben esforzarse en ejercer estas tres grandes notas hospedándola en su ser: amor, trabajo y cultura, solo así podrán atravesar las diferencias y comprender a sus estudiantes y familias.

Para el educador, como tal, sus circunstancias vitales, son los educandos y es en el dialogo vital con ellos, que ejercita, desarrolla y realiza su personalidad de educador, adaptándose a ellos y enriqueciéndose en el trato con ellos. En tanto que los estudiantes, sus circunstancia vital es el docente y en dialogo con él, desarrolla y ejercita su personalidad

Ha de ser una relación de unión y comunicación, docente - alumno y donde cada uno debe:

• Aceptar

• Comprender

• Respetar

Este tiempo, requiere de educadores capaces de:

• Convivir,

• relacionarse,

• dialogar,

• ser, testigo como educadores

Importa mucho, para llevar adelante la vida y el proyecto existencial de los estudiantes, estar cerca, dialogar, encontrar la forma de cobijar, ser empáticos y fortaleciendo el espíritu de los estudiantes, potenciarlo en sus aprendizajes.

No son solo los contenidos, los que transforman la educación, es el corazón de cada actor del sistema, es el espíritu que mueve a ser verdaderamente llamados a ser con y para otros. Estos momentos difíciles, nos piden mayor capacidad de entrega.

(*) Autor de los últimos libros sobre: “El proyecto personal de vida, reflexiones para padres y educadores”; “Tutoría con adolescentes en la nueva Escuela Secundaria”, “Ser tutor en la Universidad”, “¿Calidad en Educación? – Repensar la Didáctica”.

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