
Este lunes pasaron por los estrados judiciales el actual decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), José Manuel Benvenutti. También declararán el periodista del diario El Litoral Rogelio Analiz y el de ATE Santa Fe, Jorge Hoffmann.
Precisamente, el sindicalista local declaró que "Barcos no sólo debe ser imputado por el hecho del secuestro de Ricotti, sino además por haber sido parte de un plan de persecución y exterminio, junto a policías federales y gremios locales en lo que fue un plan genocida en Argentina".
Hoffmann también recordó el paso de Barcos por la conducción de ATE Santa Fe, en donde -tras un paso breve - dejó 18 embargos y una administración que se quedó con fecha de remate.
El abogado defensor del imputado, Néstor Oroño, quiso saber si Alberto Tur le había comentado alguna vez (a Jorge Hoffmann) si había podido identificar a los captores de su secuestro en mayo de 1978. El gremialista dijo que: "No le constaba, sólo tuve conocimientos por los medios (...) yo con Tur tuve una relación de amistad, allá por 1983 o 1984 trabajábamos desde el campo gremial y de las ideas por el regreso a la democracia, Alberto era un intelectual local, muy lúcido", recordó el representante local de los trabajadores estatales.
El último en declarar en la jornada fue Alaniz. "Alberto fue muy amigo mío por más de 30 años. Nos conocíamos de la militancia en los años en los que nos convocábamos para encontrar una salida democrática. Supe que fue secuestrado un mañana de mayo de 1978, en las primeras horas del día, algunos días antes de viajar a Perú, donde pensaba participar de un Congreso de Economía Agraria y también iba a aprovechar para verse con un hermano que estaba en México”, narró.
“Alberto me contó que una de las condiciones que le impusieron a su padre para recuperar la libertad fue entregar una casa en una farsa de compra venta. En realidad fue la condición de los verdugos para quedarse con el botín de guerra. También le dijeron que debía retractarse de un pedido de paradero que había salido publicado en el diario El Litoral el 24 o 25 de mayo de ese año. La idea era quitar de los medios esa información sobre una pareja de desaparecidos. A cambio les hicieron decir que se habían ausentado porque se habían ido de vacaciones", continuó Alaniz.
"Los torturadores eran la lacra, la basura de la sociedad, secuestraban, violaban, se quedaban con los bienes de los desaparecidos como ratas. Esa gente era el recurso humano del que se valió la dictadura para realizar su faena", expresó.
-¿Alberto Tur algunas vez le mencionó nombres de sus captores", quiso saber Oroño.
-Con nombre y apellido no. Pero sí me comentó que a uno le decían Quique y a otro Oca. Me comentó que se enteró de esos apodos una noche en que jugaban a los pistoleros en una de las guardias en el centro clandestino donde estaban.
La causa que investiga estos hechos tomó impulso en 2006 con la denuncia de Ricotti (que ya lo había hecho en 1986 y 2002) que, tras una serie de diligencias preliminares, derivó en una rueda de reconocimiento ordenada por el juez federal Reinaldo Rodriguez, quien tramitó la causa en la instrucción, consignó Notife.
Ricotti no dudó en señalar a Barcos como aquél que, 30 años atrás, la había secuestrado en Santa Fe y sometido a tormentos y violaciones en un centro clandestino de detención conocido como Fábrica, que algunos comentarios la ubican en Rincón y otros relatos en la zona de los cuarteles, en Santo Tomé.
(Foto: Notife)