Por Jorge Daneri (*)
Especial para Análisis Digital
Un conjunto no menor de normas jurídicas nacionales e internacionales a las que el Estado Argentino adhirió, determinan la necesidad obligatoria del desarrollo de una visión de cuenca y su trascendente gestión democrática y participativa. La conformación de Comités de Cuencas son trascendente y jurídicamente obligatorias. La construcción de decisiones políticas sobre el cómo gestionar nuestros ríos, no se deben tomar autoritariamente desde Buenos Aires, o más aún, desde la Presidencia de la Nación. Aceptarlo, rendirnos, entregarnos, vendernos o esclavizarnos frente a semejante realidad política, es negar la historia de nuestra conformación como Estado Nación y normalizar una barbarie ecocida.
La conformación federal constitucional, como la titularidad en cabeza de las Provincias de "sus bienes naturales" exigen un respeto, cumplimiento y aplicación tal, que merecería calificarse como uno de los pilares intocables de la conformación del Estado de Derecho Federal y Republicano. Este contrato social institucional no puede ser violentado por nadie, más allá que sí lo viene siendo desde el nacimiento mismo del proyecto hidrovía Paraguay Paraná, liderado por las corporaciones financieras internacionales, la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Sudamericana (IIRSA) y un conjunto de Presidentes totalmente alienados a las logicas del extractivismo depredador y desolador de las diversidades todas (económica, ecológica y cultural, además y esencialmente, política).
La visión Artiguista federal, originaria en la creatividad de la visión y gestión de cuencas, es una reivindicación de ejercicio de las autonomías provinciales en su justo equilibrio, fruto de la concertación, de la conversación política y de la realización de estudios, investigaciones, debates y audiencias públicas de todo tipo, previo a decisiones que pueden cambiar las estructuras mismas del ser naturaleza de nuestros territorios, en particular, en el caso que nos trata y angustia ahora, de la Mesopotamia y el Litoral argentinos.
El gobierno Nacional no debe hacer lo que se le ocurra con el río Paraná. Los Términos de Referencia (T de R) de los estudios de impacto ambiental como acumulativos, si así se ejecutaran, no pueden ser privatizados en semejante proyecto de ampliación de los procesos ingenieriles de mayores profundizaciones en los cauces principales (44 pies) como de ensanchamientos y posibles procesos de derrocamiento de pasos o áreas denominadas críticas para el tránsito de los barcos. La intransigencia de los Estados Provinciales en la participación en la conformación de esos términos de referencia de lo que se debe estudiar, del objeto de estudio, de investigaciones, etc, debe ser sustantiva y de extrema seriedad para que los estudios no sean un dibujo más de la corrupción de los intereses en cuanto a la concreción supuestamente objetiva del o los proyectos que se proponen para ejecutar sí o sí, porque responden a intereses económicos mega gigantes del modelo extractivista exportador.
Es un debate sobre democracia federal ambiental o zona de sacrificio resuelta en la mesa chica de algún país con sede de instituciones financieras que deciden el presente y futuro de la Nación toda.
Este escenario se agrava aún más, frente a la decisión de excluir a la máxima autoridad ambiental nacional de todo este contexto, con una responsabilidad política y jurídica gigante por parte de su Secretario Daniel Scioli, como de los firmantes de los Decretos Nacionales que así lo determinan, con el agravante de igual categoría, frente a la extinción del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable. Los artículos 41, 42, 43 y 124 de la constitución nacional, ingresan en la crisis del abuso de derecho, del autoritarismo.
No son pocas las normas de la Constitución de Entre Ríos que también se agravian brutalmente. El silencio del gobierno Provincial es alarmante. Ojalá algo suceda para escuchar a quienes deben expresarse. No hacerlo, es entregarse al peor escenario político posible. La insustentabilidad ecológica como económica de semejante silencios, tiene una proyección en el tiempo inaceptable. Más aún cuando este silencio brota oscuro desde el Poder Legislativo Provincial.
La escala de afectación a los bienes naturales de los entrerrianos, a sus derechos humanos de acceso al agua saludable como sus diversidades en el sistema de humedales y ecosistemas asociados, pude resultar catastrófica.
Hemos expuesto frente a la autoridad ambiental provincial, que el reciente Tratado de la Región Litoral, puede ser un escenario propicio para la conformación del comité de cuenca, pero para contemplar, cuidar y apreciar el río como tal, como un ser naturaleza, un ser nosotros y no priorizado como eje en la profundización del modelo mal nacido de hidrovía o vía con todo lo que su expansión modela en mega escala de impactos negativos hacia los territorios y sus pueblos.
El reciente artículo del periodista Tirso Fiorotto titualdo "En 2025 cumplen 210 años dos consignas “tajantes como navaja” | Análisis lo expresa dese la historia que se intenta borrar como negar y la sutil poesía del autor.
Finalizar estas reflexiones con un párrafo de Fiorotto, que lo expone como nadie, como Artigas lo haría hoy:
"Las sucesivas gestiones provinciales se muestran distantes de los principios confederales, y cuando buscan defender algunas facultades propias lo hacen desde una perspectiva estatal, también vertical, sin atender al centro de la cuestión: la participación comunitaria.
Es que el protagonismo de los pueblos exige a las dirigencias salir de su zona de confort y emprender reformas a la altura de las circunstancias. Desempleo, desarraigo, hacinamiento, concentración de las riquezas, no sintonizan con la banda roja de 1815, claro está, y tampoco con el legado que medio siglo después difundiera Alejo Peyret (siguiendo El Principio Federativo de Proudhon). Para Peyret (como para Artigas antes) aquí el unitarismo era despotismo, y la federación, libertad. “Buenos Aires era la cabeza hipertrofiada a expensas de la nación entera. El unitarismo no podía dar y nunca dará otros resultados”, afirmaba y presagiaba con gran acierto Peyret, según el rescate de Américo Schvartzman."
La gestión de la cuenca del Paraná en el tramo argentino, necesita de la convicción y el compromiso de traer el pensamiento y la acción del Artiguismo al ejercicio del federalismo de concertación, esa democracia ambiental donde la bandera de la tierra de los ríos libres con su rojo fuerte, la de Artigas, pueda volver a flamear con la dignidad de la historia de sus pueblos libres, autónomos, sus principios, los cuales hoy aún brillan en la reformada Constitución de la Provincia. No honrarla es violarla. "
La palabra, cuando se expresa como juramento, para algunos, tiene un valor -el de nuestros viejos políticos, militantes, docentes, académicos, obreros, jornaleros, amas de casa, emprendedores a escalas humanas, seres todos de buena madera- más aún si no lo tiene para el violador, si es solo una formalidad, que en los hechos se vuelve una palabra vacía, o una no palabra.
(*) Miembro de la Asociación Argentina de Abogadas/dos Ambientalistas y del Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial (CAJE)