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Toda educación es pública

Pensar en la educación como mercancía es diferente a considerarla como bien público.

Hugo Pais (*)

Cuando fue el Congreso Pedagógico Nacional, convocado en 1984, tuve el honor de ser miembro de la Comisión Provincial y de la Comisión Local. Uno de los temas que en particular escribí, tiene que ver con la verdadera y auténtica libertad de educación y de enseñanza. Tanto como dejar en claro que toda educación es pública y, como tal, un bien social del cual el Estado no se puede desentender. Además, que los padres son los primeros con derecho a decidir sobre la educación de sus hijos.

Sostener que toda educación es pública es reconocer que lo es, tanto la educación de gestión del Estado, como la de gestión privada.

Decir que el derecho a elegir de los padres el tipo de escuela, de educación y de modelo escolar, es reconocer algo que hace al derecho natural de ellos, que tiene que ver con la libertad de educación.

Hoy, exactamente a 40 años de aquel acontecimiento trascendente en la educación argentina, sigo sosteniéndolo. Pero también mantengo aquel criterio expresado en mis trabajos o ponencias en el Congreso Pedagógico: que en nuestro país habrá auténtica libertad de enseñanza cuando los padres no deban pagar dos veces por la educación de sus hijos; cuando puedan optar libremente por la de gestión estatal o la privada, porque quien tributa al Estado sabe que un alto porcentaje del presupuesto se destina a la Educación.

Lamentablemente, en el transcurso de los años, la educación se ha mercantilizado. Es importante decir que la enseñanza, vista desde esa óptica,  se refiere a la transformación de la educación de un servicio público a un producto comercializable.

Con los diversos gobiernos, se fue distanciando el concepto de bien social de la educación. Hoy está experimentando una evolución destacada por una mayor participación de entidades privadas en su gestión, y una creciente tendencia a tratarla como una transacción comercial, y deja de ser aquel bien que soñaron nuestros grandes pensadores sobre la importancia de la educación para el pueblo, sin distingo.

Pensar en la educación como mercancía es muy diferente a considerarla como un bien público, ya que la presión por obtener ganancias en el mercado exige la constante producción y venta de bienes. En teoría, la enseñanza y el aprendizaje son inmateriales, ya que se anima y ayuda al estudiantado a pensar y crear conocimiento, mientras que en la práctica, esto es equivalente a la venta de libros, materiales digitales para el aula, servicios informáticos y muchos otros productos y servicios.

La lógica del mercado dicta que donde hay demanda, la oferta debe seguirla. En el caso de la educación superior, la demanda ha demostrado en los posgrados especialmente, lo que significa un aumento en las instituciones tanto estatales, como privadas y los cursos adaptados a las habilidades comercializables.

Este enfoque impulsado por lo comercial tiene implicaciones para la equidad y la calidad educativas en donde  los estudiantes pasan de ser ciudadanos con derechos a consumidores de educación; mientras que los docentes se transforman de servidores públicos a productores y técnicos de educación, evaluados mediante parámetros de referencia específicos.

Quiero expresar que debemos retomar el sueño de aquellos que dijeron educación para todos, para que nuestra Argentina sea exportadora (si así se desea expresar en el estilo mercantil) de materia gris, de científicos de alto nivel, de ciudadanos capaces de servir al mundo con su sabiduría.

Volver a pensar la Educación Pública, invita a los padres y a los estudiantes a vivir con compromiso lo que pasa en las Escuelas, los Institutos, Facultades y todo centro de servicio educativo. Padres que se esfuerzan por acompañar el Proyecto Educativo de cada Escuela, Estudiantes que cuidan la calidad del servicio educativo y se comprometen con su acción.

Creo que es tiempo de no silenciar que la Educación es un bien social, derecho de todos. Y es compromiso de los educadores dar la educación de calidad, para todos, sin diferencia de gestión de la misma.

(*) Exrector de la Escuela Media y Superior Del Centenario de Paraná.

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