Silvio Méndez
Tomando un período que se extiende en los últimos cinco años, en la capital provincial se ha visto florecer una importante cantidad de edificios en altura. Un informe publicado por ANALISIS la semana pasada dio cuenta de las estadísticas de este tipo de construcciones, donde se revela la existencia de un número de 105 complejos edilicios realizados entre octubre de 2007 y junio de 2011.
El boom de la construcción tiene a la capital provincial como uno de los puntos de referencia de la actividad. De acuerdo al Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), Paraná es uno de los centro urbanos más activos en la construcción de edificios para viviendas. Según el último informe nacional de coyuntura elaborado por este organismo de mayo de 2011, evalúa que hay jurisdicciones en el país “que poseen una importancia mucho más reducida en términos de volumen de proyectos, pero que se muestran altamente dinámicas. Éste es el caso de Paraná (provincia de Entre Ríos), que alcanzó un crecimiento promedio interanual del 276%. Le sigue Rawson (Provincia de San Juan) con una tasa del 216%, Reconquista (141,4%) y Venado Tuerto (53,8%)”, se apunta. Los casos que son tomados por el IERIC son de emprendimientos privados, con destino básicamente al uso residencial.
Pero a la par de este fenómeno que se ve reflejado en distintas estadísticas –que a su vez ha cambiado la fisonomía urbana y social–, también han surgido distintos tipos de problemas con los vecinos contiguos a este tipo de obras.
Es así que en paralelo al incremento de estos emprendimientos, crecen las quejas producto de los distintos inconvenientes que generan los trabajos en estas estructuras a lo alto.
Hay casos emblemáticos, en los que se ha llegado a tapar caños de desagües cloacales, hasta los más usuales por daños en las estructuras de edificios adyacentes, ruidos molestos, invasión de los espacios y la visual pública.
Caja de resonancia de estos inconvenientes ha sido la Defensoría del Pueblo de Paraná, en donde se ha visto incrementarse notablemente los trámites de intervención por este tipo de problemas.
En rigor, la Defensoría ya emitió una recomendación al Departamento Ejecutivo Municipal en función de una presentación realizada por un grupo de vecinos del Parque Urquiza. En aquella ocasión, en septiembre de 2007, la proliferación de los edificios en propiedad horizontal ya inquietaba y no sólo a este sector de la ciudad. Entonces, los inconvenientes planteados por los dueños de las propiedades linderas a estas obras eran en cuanto podían afectar las infraestructuras de servicios y en contradicción con la caracterización del Código Urbano. Es por esto que la Defensoría recomendó, entre otros puntos, se otorgaran permisos de obra en cuanto estuviera garantizada “la accesibilidad de los servicios de infraestructura, teniendo en cuenta el incremento de la demanda, fundamentalmente del agua, por el aumento de la densidad poblacional”. Por otro lado, también se clamaba por “dimensionar el impacto ambiental que los edificios en altura generan en la trama urbana, en cumplimiento de los objetivos particulares establecidos en el Código Urbano”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)