Silvio Méndez
Paulatinamente ha comenzado a desandarse en algunos organismos del Estado el desafío de poder contar con elementos que permitan dimensionar una de las problemáticas contemporáneas más inquietantes, y sobre la cual hasta hace poco se carecía de registro oficial.
En efecto, esto parece suceder con los hechos de violencia de género cuya presencia y crecimiento viene siendo alertada desde hace unos años ya por distintas organizaciones de la sociedad civil, que reclaman asimismo medidas para la prevención y asistencia a las víctimas.
La relevancia de tener un registro no sólo se circunscribe a los delitos extremos que llegan a femicidios o las muertes cercanas a su entorno por crímenes de odio. También se hace urgente poder esbozar un mapa que permita dar cuenta, visibilizar,otras faltas que están enraizadas en prácticas que culturalmente se naturalizan.
En la última semana de junio, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) dio a conocer las cifras nacionales sobre femicidios cometidos en 2015 en Argentina.De un total de 235, el informe registró en Entre Ríos 6 muertes durante el año pasado, lo que representa una víctima cada 112.196 mujeres.
En este documento, la misma CSJN señala que desde 2015 se realiza este relevamiento que recopila datos de los Poderes Judiciales provinciales, merced a una iniciativa de la vicepresidenta del cuerpo, Elena Highton de Nolasco. También se indica que el concepto femicidio “permite visibilizar las muertes violentas de mujeres por razones de género y, de esta manera, alcanzar una comprensión más acabada del fenómeno y sus causas”, tras lo cual se citan definiciones que han sido tomadas por la Justicia para generar un marco normativo que castigue especialmente estos delitos, y que también es reciente.
Pero además de este tipo de hechos aberrantes, que son los que mayor atención pública concitan, la pregunta que surge es cuál es el cuadro, tal vez más capilar, que da cuenta del entramado de esta problemática.
En diálogo con ANÁLISIS, la titular de la Oficina de Violencia de Género del Superior Tribunal de Justicia (STJ)de Entre Ríos, Yanina Mariel Yzet, brindó datos que describen un panorama hasta ahora desconocido. Se trata, según afirmó, de una “fotografía” de la situación que nunca antes se había tomado. Contar con un registro es algo novedoso en dos planos: como aproximación a la propuesta de sistematizar la información sobre hechos de violencia hacia la mujer que llegan a instancias judiciales, así como las estadísticas mismas que surgen de este relevamiento.
Necesidad de datos
Dentro de las políticas del STJ, hace dos años se conformó un Centro Judicial de Género, que integran la Oficina de la Mujer –a cargo de María Fernanda Baima–, y la Oficina de Violencia de Género (OVG), a cargo de Yzet. Esta última área, se indicó, surgió con la idea de ampliar la mirada a lo que se denomina violencia doméstica. Y la primera tarea planteada para la OVG fue realizar un relevamiento de la provincia de Entre Ríos.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS correspondiente al día 7 de julio de 2016)