
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal tomó contacto con sus homólogas de los estados de México y Jalisco, así como con su par a nivel nacional, para intercambiar información sobre el secuestro del técnico argentino del Cruz Azul, Rubén Omar Romano. El caso del entrenador es celosamente de cuidado en cuanto a información. De hecho la orden es que no se filtre ningún dato acerca de la búsqueda de Romano para evitar que se ponga en riesgo la vida del secuestrado.
El procurador capitalino Bernardo Bátiz aseguró que la dependencia a su cargo no recibió autorización por parte de la dirigencia del equipo Cruz Azul o de familiares del secuestrado para que intervenga en la negociación del rescate, según informa el diario mexicano “El Universal”.
De acuerdo con el Código Penal del DF mexicano, el secuestro es “un delito que se perseguirá por querella de la parte ofendida”, por lo que la institución judicial no puede participar de las negociaciones con la familia de la víctima. En el caso de los raptores de Romano, la pena puede ir de 15 a 40 años.
Bátiz agregó que la Procuración tuvo contacto con la familia de Romano, aunque sólo a través de la fiscalía “antisecuestros” en Jalisco. Además, aseguró que la aparición de la bolsa de plástico que fue encontrada frente a una Iglesia, y que resultó una broma de mal gusto, hizo perder demasiado tiempo a los funcionarios.
La solidaridad de los jugadores que Romano dirige
Anoche, en el estadio del Pachuca, los jugadores del Cruz Azul salieron al campo de juego vistiendo remeras blancas con la leyenda “Rubén, estamos contigo”, en alusión a su técnico, secuestrado el martes.
Ocurrió en el torneo “Cuna del fútbol”, donde también se solidarizaron con el entrenador argentino los jugadores del Morelia y Atlante, que portaron una bandera que decía “Ya basta”. Los jugadores tomaron la decisión de participar del certamen, pese a la situación en la que se encontraban porque, dijeron, “eso le gustaría a Rubén”.