
La cineasta argentina Lucrecia Martel volverá a posicionarse en el centro de la escena cinematográfica internacional con el estreno mundial de su nueva película documental, Nuestra tierra, que formará parte de la edición 82° del Festival de Cine de Venecia. La obra será exhibida en la sección dedicada al cine documental fuera de competencia, y se proyectará entre el 27 de agosto y el 6 de septiembre en el marco de uno de los eventos más importantes del cine mundial.
La película se basa en un hecho trágico ocurrido en Tucumán en el año 2009: el asesinato de Javier Chocobar, referente de la comunidad diaguita Chuschagasta, que fue abatido por un terrateniente acompañado por dos expolicías mientras intentaba impedir el desalojo de las tierras que su pueblo habita ancestralmente. A través de esta obra, Martel retoma aquel episodio para reflexionar sobre el crimen en sí y sobre los múltiples niveles de violencia e impunidad que rodean la lucha por el territorio en América Latina.
La producción del documental fue posible gracias a un esfuerzo internacional que involucró a compañías de seis países, entre ellos Argentina, México, Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Dinamarca. Entre las productoras que participaron del proyecto se encuentran Rei Pictures, Louverture Films, Pio & Co, Piano Producciones y Snowglobe Films. El guion, que Martel escribió en colaboración con la actriz y también directora María Alché, surge de una investigación prolongada que incluyó el análisis de imágenes registradas el día del asesinato, un material que se convirtió en la clave para comprender la dimensión del hecho.
En declaraciones previas, Martel señaló que el crimen de Chocobar no puede ser comprendido como un caso aislado, sino como parte de una continuidad histórica del despojo en la que los pueblos indígenas fueron sistemáticamente excluidos de los derechos de ciudadanía. "El racismo estructural de nuestro país se consolidó sobre el vaciamiento de las tierras comunales indígenas, que fueron convertidas en fiscales y luego privatizadas", expresó la cineasta.
La película también revisa los vaivenes judiciales que atravesó el caso. Aunque el juicio se concretó casi una década después del crimen y los responsables fueron condenados, la dilación en la instancia de apelación provocó que en 2020 fueran liberados. Uno de los principales acusados, el autor material del asesinato, falleció por COVID-19 en 2021, mientras que los exagentes de seguridad que lo acompañaban continúan en libertad. Martel señaló que estos hechos dan cuenta de una "inaceptable desidia judicial", especialmente si se considera que durante el aislamiento por la pandemia los tribunales se encontraban inactivos para causas como esta.
Reconocida como una de las voces más relevantes del cine argentino contemporáneo, Martel ya cosechó prestigio internacional con películas como La ciénaga, La mujer sin cabeza y Zama. Con Nuestra tierra, se mete por primera vez en el terreno del documental y habla sobre los efectos del racismo, la violencia institucional y la impunidad judicial en la Argentina actual.