Algo huele mal en Puerto Ibicuy

Algo huele mal en Puerto Ibicuy
La empresa que obtuvo el permiso de uso de uno de los puertos más estratégicos de la Hidrovíaya empezó mal: acumuló una montaña de 5 toneladas de azufre a cielo abierto y demoró tres meses en sacarla tras la intervención de la Secretaría de Ambiente. Aún no hubo ningún cambio de los 12 millones de dólares que prometieron invertir. Pasado, presente, denuncias y sospechas de PTP Group y su dueño, Guillermo Misiano, tras el meteórico crecimiento en Sudamérica.
José Amado
Un actor portuario internacional hizo pie en Entre Ríos a fines del año pasado. En un ambiente de negocios donde los números de cualquier movimiento son astronómicos y todo se define por lobby, la presencia del PTP Group en Puerto Ibicuy hizo mucho ruido en el sector, donde tampoco faltan celos y suspicacias en la competencia de los operadores portuarios. Sin embargo, en menos de un año, la empresa del nicoleño Guillermo Misiano ya tuvo una intervención de la Secretaría de Ambiente de la provincia por acumular montañas de azufre sin condiciones que aseguren la protección del aire, la tierra y el agua, y del plan de inversión que se anunció con foto junto al gobernador Rogelio Frigerio, aún no se ve nada. Encima, ahora aparecieron vínculos entre esta empresa y sus vecinos de los laboratorios de Ramallo señalados por las muertes y negocios oscuros con el fentanilo, lo que reflotó una denuncia de Elisa Carrió de hace una década que terminó archivada. ¿Qué es PTP, cómo surgió y cómo creció exponencialmente en poco tiempo, plantando bandera en enclaves de toda la Hidrovía y hasta en España?
En octubre del año pasado, el mandatario entrerriano y la empresa de operaciones y logística portuarias anunciaron una inversión de 12 millones de dólares en el marco a cambio del uso del puerto por un plazo de 10 años. Se veía del derrumbe del muelle continental en 2011 y el abandono posterior, por lo que parecía ser un nuevo comienzo. Sin embargo, distintas fuentes del ambiente portuario ya señalaban que se trataba de una inversión mínima, cuando para poner en condiciones ese lugar harían falta unos 80 millones de la moneda estadounidense. Poco después de ponerle el cartel al portón, el primer traspié fue por un problema ambiental, a partir de una decisión que PTP no terminó de explicar y dio muchas vueltas para solucionar.
A fines de marzo, el integrante de la Brigada de Respuesta Ambiental de la Secretaría de Ambiente de la provincia, Ángel Melchiori, realizó una inspección en la planta de PTP Group en el Puerto Ibicuy y se encontró con una montaña de azufre ubicada apenas sobre un nailon negro, a solo dos kilómetros de la zona urbana. Además, a un costado del área de la empresa había una máquina excavadora haciendo un zanjón enorme para desagotar el agua acumulada sobre el suelo hacia una zona baja natural con vegetación, que generalmente se llena de agua cuando el río crece. El informe realizado por el brigadista motivó un expediente donde se constataron las faltas cometidas por la empresa, así como el incumplimiento del contrato de cesión del puerto debido a que debían contemplar el riesgo ambiental y obtener todos los certificados de aptitud antes de comenzar a operar de esta manera. Tardaron tres meses en retirar el azufre, que era propiedad de la multinacional de agronegocios Bunge.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1162, del día 24 de julio de 2025)