
A diferencia de lo sucedido en el primer año de la gestión libertaria, cuando a pesar de la extrema minoría que posee en el Senado, La Libertad Avanza sorteó distintos obstáculos, el primer semestre de 2025 se caracterizó por la concreción de pocas sesiones y un cúmulo de fracasos legislativos para el oficialismo. Sumado a esto, estalló por los aires la relación de la vicepresidenta Victoria Villarruel con Javier Milei y no existió articulación alguna con Casa Rosada sobre la agenda parlamentaria.
Unión por la Patria había quedado relegado en el comienzo del gobierno de Milei pese a su poderosa primera minoría, que hoy consta de 34 miembros, a tres del quórum. Sin embargo, en esta primera parte del año tuvo partida de defunción esa mayoría que la vice supo construir con todo el resto de la oposición no K.
El malestar por el sostenimiento de un fuerte ajuste sobre partidas sociales sensibles, la persistencia de los gobernadores sobre distintos reclamos -a los que se adicionaron otros- y la cerrada postura del Ejecutivo a cualquier tipo de propuesta salida desde el Congreso, fueron, en parte, causas que motivaron que algunos aliados comiencen a moverse de otra manera y LLA, a perder.
En lo que va de 2025, el Senado realizó 6 sesiones, de las cuales sólo en 4 se trataron temas. Y, de esas, podría decirse que solamente en una se impuso el temario del oficialismo. Hablamos de la primera que hubo en el año, la sesión extraordinaria del 20 de febrero. En esa jornada, LLA logró las sanciones de la suspensión de las PASO y un paquete impulsado por la ministra Patricia Bullrich: Ley Antimafias, Reincidencia y Reiterancia, y Juicio en Ausencia.
Recién un mes después de iniciado el período ordinario, la Cámara alta se reunió en una trascendental sesión el 3 de abril: allí, con un amplio rechazo, se cayeron definitivamente los pliegos de los jueces para la Corte Suprema de Justicia, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. El trámite había comenzado casi un año atrás, pero ante la falta de aprobación por parte del Senado, el presidente decidió designarlos por decreto en febrero. Lijo no pudo asumir, pero García-Mansilla sí. Finalmente, tras la votación, renunció al cargo.
Para esa sesión, la estrategia de LLA solamente fue la de apostar a que no hubiera quórum. No lo logró. Tampoco escuchó a aliados que fueron a pedir en Casa Rosada que el Ejecutivo retire los pliegos y evite las derrotas en el recinto. La frase "los dos o ninguno", que desde el Gobierno repitieron en más de una ocasión, terminó cumpliéndose. Fue ninguno.
Tres semanas después, al igual que lo hiciera la Cámara de Diputados, la paz interrumpió en el Congreso con sesiones homenaje al fallecimiento del papa Francisco y el Senado hizo lo propio el 24 de abril.
A comienzos de mayo, el 7 de ese mes, tras varias postergaciones, la oposición dialoguista festejaba -aunque no sin fuerte incertidumbre- que el recinto se abriera para tratar la ley de ficha limpia. Fue el tema central de esa jornada, en la que además salió la media sanción de la emergencia para Bahía Blanca, pliegos de embajadores y una serie de tratados internacionales.
Al momento de votar, ficha limpia se cayó por un voto, con el rechazo no sólo de Unión por la Patria sino de los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, del oficialismo provincial, quienes mayormente actuaron como aliados del Gobierno. Tras lo sucedido, desde todo el engranaje que supo ser Juntos por el Cambio salieron a reforzar sus denuncias de "pacto" entre LLA y el kirchnerismo. Por esos días, la pelea LLA-Pro era total, debido a la campaña porteña, y la Corte todavía no había confirmado la condena de Cristina Kirchner.
Por otro lado, en esa sesión había asumido como secretario Administrativo Emilio Viramonte, quien era hasta ese momento mano derecha de la vice. Sin embargo, renunció pocos días después y no llegó ni al mes en sus funciones. Fue el segundo en irse, después de María Laura Izzo. Hasta ahora no fue reemplazado.
En la segunda parte de mayo, Villarruel fue a fondo con varios cambios y "barrió" de su entorno de colaboradores a un grupo de militantes suyos, más conocidos como los "villarruelines". También, colocó como jefe de asesores a Mario Russo, cambió al jefe de prensa y designó en cargos clave a exmilitares -no exentos de polémicas-, como Claudio Gallardo y Juan Manuel Gestoso Presas.
Después de la caída de ficha limpia, el recinto estuvo cerrado casi por dos meses. Con motivo de la visita del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la Cámara alta volvió a convocarse para una sesión informativa el 26 de junio, pero ésta terminó de formar abrupta. Cuando llevaba poco tiempo el tramo de preguntas de los senadores de Unión por la Patria, Francos se levantó enojado de su silla ante el discurso de la fueguina Cándida Cristina López, quien lo llamó "mentiroso" al cuestionar la política del Gobierno sobre Malvinas. La reunión pasó a un cuarto intermedio para la siguiente semana, pero el jefe de Gabinete decidió no volver.
Considerada "inválida" por el bloque oficialista, la oposición se autoconvocó en el recinto del Senado el 10 de julio y logró "meter todos los goles", con la aprobación de un temario rechazado de plano por el Gobierno. Los senadores impulsores de esa reunión bajaron al recinto en uno de los días y horarios elegidos por el pleno -en su sesión preparatoria- para la realización de las sesiones ordinarias; en ese marco fue que defendieron la legalidad de la sesión.
Aunque Ezequiel Atauche, el jefe de LLA, protestó, alcanzado el quórum Villarruel bajó a presidir el comienzo. Más tarde, vía la red social X, en respuesta a Bullrich, dijo: "La sesión ordinaria del día de hoy fue estipulada en fecha y hora en la sesión preparatoria anual. Como Vicepresidente cumplo con mi rol institucional el cual implica que presida las sesiones me gusten o no".
Así, antes de irse al receso invernal, la Cámara alta sancionó la ley que prevé un aumento del 7,2% en todas las jubilaciones y un incremento de 70 a 110 mil pesos del bono extraordinario; la restitución de la moratoria previsional y una serie de cambios en la PUAM; y la emergencia en discapacidad hasta fines de 2026. Milei ya avisó que vetará y tiene tiempo hasta el próximo 4 de agosto.
Además, el Cuerpo rechazó el veto a la emergencia en Bahía Blanca. Salvo la moratoria, los demás temas salieron con mayorías contundentes.
Como si fuera poco, tuvieron media sanción los proyectos pedidos por los 23 gobernadores y el jefe porteño sobre reparto de fondos a través de los ATN y lo recaudado por el impuesto a los combustibles.
Finalmente, también se aprobó un proyecto para declarar a la ciudad 28 de Noviembre, en la provincia de Santa Cruz, como Capital Nacional del Cóndor Andino. Esos proyectos "menores" que permanecen fuera del radar y cada vez -en los últimos años- con menos chances de ir al recinto.
A propósito de temas que se acumulan, el Senado tiene en sus manos iniciativas con media sanción pendientes, como una emergencia por inundaciones en distritos de Buenos Aires y Santa Fe; la ley contra la ludopatía, que espera desde el año pasado y sobre la hubo una única reunión informativa en la Comisión de Salud, pero está girada a dos más; y la Ley Nicolás, de seguridad del paciente, que data de mucho antes.
Tampoco fueron al recinto proyectos como la creación de una Red Federal de Bibliotecas Parlamentarias o la regularización de la tenencia de armas y prórroga del Programa de Entrega Voluntaria (enviado por el PEN). Ambos cuenta con aprobación de Diputados y habían tenido dictamen en comisiones.
En tanto, ni siquiera se trataron en comisiones temas como la declaración de la educación como servicio esencial; la creación del Registro Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial; o la extensión del plazo para la expropiación del predio donde funcionó Cromañón, por mencionar otros que ya salieron de Diputados. Mientras que, sobre propuestas de los propios senadores, hay también despachos como modificación al Código Penal sobre falsas denuncias; creación por ley del Sistema de Alerta Rápida Sofía; y derogación de la modificación de la Ley de Manejo del Fuego, entre otros.
Camino a la campaña electoral -donde merma la actividad-, con una Villarruel alejada más que nunca de Milei, y con la articulación que nació en la oposición (UP más algunos aliados con "hartazgo"), lo que asoma para el segundo semestre en el Senado no promete ser esperanzador para LLA, compuesto hoy por un bloque de solamente seis integrantes, que el Gobierno aspira a engrosar significativamente en las elecciones. Aún ganando en todas las provincias, no superará una veintena y seguirá sujeto a buscar acuerdos y consensos para la segunda parte del gobierno libertario.