Música

Enzo Barzola, el canto como destino

Edición
1162

Por G.G.d.R.

 

A veces, los caminos más genuinos no empiezan con una herencia ni con una tradición. Empiezan con una voz temblorosa en un acto escolar, o con una sobremesa familiar en la que alguien, por primera vez, se anima a cantar delante de todos. Así fue para Enzo Barzola, de 26 años, cantante paranaense que supo convertirse en una de las voces de referencia en la cumbia local con “Pont A Bailar” y que hoy apuesta todo a su carrera solista.

 

“Comencé a cantar de muy chico, lo hacía en actos escolares, pero siempre con vergüenza. En mi familia no hubo influencia musical; hoy por hoy, la influencia, se podría decir, soy yo”, cuenta Enzo con sinceridad a ANÁLISIS.

 

No fue una revelación instantánea. Recién a los 14 años entendió que la música no iba a ser solo una actividad ocasional, sino parte de su identidad. “Ese día habíamos hecho una comida con toda la familia. Nadie sabía que yo cantaba, solo mamá, papá y mis hermanos. Me hicieron cantar delante de todos. Tenía mucha vergüenza, pero cuando empecé, provocó una emoción muy fuerte. Todos terminaron llorando, no podían creer lo que estaba haciendo. Ahí fue un quiebre total. Dije: esto es lo que quiero para mí”.

 

Con 16 años, Enzo ya recorría los escenarios locales. Formó parte de varias bandas del circuito paranaense como corista, hasta que llegó su oportunidad como voz principal. “Estuve primero en ´El Sueño´, después en ´La Decisión´ y La ´Potencia Musical´. Fueron etapas cortas, pero muy valiosas: conocí gente con la que todavía tengo muy buena relación. Aprendí mucho de cada grupo”, valora Barzola.

 

Esa búsqueda encontró su cauce cuando fue convocado a “Pont A Bailar”, una banda de cumbia pop de Paraná. “En Pont fue diferente. Fueron ocho años compartiendo ensayos, shows, comidas, emociones. Disfrutamos, lloramos, peleamos. Como en cualquier familia. Me hicieron crecer como músico y como persona. Hoy esa etapa se cerró, cada uno tomó su camino, pero me fui con la tranquilidad de haber dado todo. Estoy agradecido de haber formado parte”, destaca.

 

El paso siguiente fue tan natural como desafiante: comenzar a andar solo. “No fue una decisión fácil, pero era hora de pensar en mí, de buscar lo mejor para mí. Hoy estoy acompañado por gente que busca lo mismo que yo. Tenemos las mismas ideas, las mismas ganas”, afirma el cantante.

 

El salto a lo propio

 

Su etapa solista no es solo un cambio de nombre o de formato: es también una declaración de principios. “Busco salir de mi zona de confort. Quiero que, con mi música y con la gente que estoy laburando ahora, podamos llegar a todos los rincones posibles de Argentina. Quiero que la gente me vea y me conozca tal cual soy: auténtico, transparente, sin filtro. Quiero llegarles de alguna forma, que se sientan identificados”, augura el paranaense.

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1162, del día 24 de julio de 2025)

Edición Impresa